Ya hace casi dos años fue aprobada la “Ley Cholito”, que buscaba por primera vez en Chile identificar y resaltar como seres vivos a los animales, los cuales eran señalados como “cosas” y “propiedad privada” hasta ahora, dejando de lado sus características de seres que necesitan en muchos casos protección para no terminar lanzados de algún edificio, apuñalados o simplemente olvidados sin comida y agua.
Hoy podremos denunciar y ver, esperemos en muchos casos, a los propietarios e individuos castigados por realizar un maltrato contra sus mascotas u animales callejeros.
Lamentablemente esta ley, al igual que muchas nacieron en nuestro país de un terrible hecho sangriento, ahí tenemos la Ley Zamudio o Emilia, que tras conocer terribles historias se estremeció hasta el último hilo social, volcándose finalmente a la regulación del tema.
Eso me llevo a pensar en el día de ayer, que se conmemoraba el día del libro, que deberíamos realizar una masacre a la literatura. Deberíamos reunirnos un grupo importante y matar un libro cada uno, para que con ello se tomarán en cuenta y se relevara su importancia.
Tal vez con este exterminio podríamos generar que se cree una política para hacerlos más accesibles a todos, se masifique su lectura y se incentive a la creación de nuevos textos literarios.
Hoy necesitamos una política más agresiva en el campo de la literatura, recuperar a generaciones que cambiaron por completo los textos por las tendencias más visuales, recordemos que cuando se pierde la palabra escrita, también perdemos un espacio importante de nuestra identidad.
Alejandra Sepúlveda
Jefe de informaciones