La directora en O’Higgins, Alejandra Riquelme, indicó a El Rancagüino que “en las fuentes superficiales” de líquido potable, como “los ríos, esteros y canales, siempre es posible que ante turbiedad extrema, por ejemplo en el Río Cachapoal, se ponga en riesgo la continuidad” del suministro. Consultada acerca de dónde podrían haber eventuales cortes, responde que en “Machalí, Rancagua Oriente, Coya y Puente Negro”.
Marcela Catalán
Hace algunos días, el intendente Juan Manuel Masferrer y la directora regional de la Onemi, Alejandra Riquelme, se reunieron con el Comité de Operaciones de Emergencia (COE), para presentar el Programa de Invierno 2019. En la ocasión se efectuaron coordinaciones y revisaron los protocolos, con el fin de responder a diferentes situaciones de riesgo en dicho contexto. También abordaron el levantamiento de todos los puntos críticos de la zona, frente a condiciones meteorológicas adversas. El catastro fue realizado junto a municipalidades, para que puedan programar medidas de mitigación a circunstancias de este tipo, trabajando con las empresas de servicios básicos. En vista de ello, designaron tareas.
De acuerdo con Riquelme, la mayoría de los puntos críticos corresponden a “anegamientos”, es decir, acumulación de aguas en zonas bajas. Le siguen los “desbordes de cursos de agua”, como canales, esteros y ríos, relacionados principalmente con la ruralidad de la región. Sin obras de urbanización adecuadas, ésta no permite el correcto encausamiento de canales urbano-rurales, ni el desagüe de aguas acumuladas en caminos y poblaciones”.
Advirtió que “la interrupción de caminos” es igualmente recurrente, vinculada con “otro tipo de variables, como anegamientos, deslizamientos, rodados, socavamientos y vientos, los cuales producen caída de ramas y árboles en vías de tránsito”,
Hay 80 puntos críticos de alto y muy alto riesgo, los que se encuentran en Coltauco, Navidad y Machalí. Los factores que pudieron influir en su concentración en estas comunas, pueden relacionarse con una mayor cantidad de habitantes visibilizando el impacto de situaciones de esta índole; equipos municipales con más capacidad de diagnóstico; y un desarrollo inmobiliario hacia zonas de extensión urbana, no considerando las variables de riesgo durante la planificación.
La funcionaria indicó que el MOP, a través de sus direcciones regionales de Obras Hidráulicas, Vialidad y General de Aguas, generan acciones” de mitigación, para apalear los efectos negativos de posibles hechos de este tipo. Es así como se contempla la limpieza de alcantarillas, fajas y cunetas (revestidas o no) en caminos, además de construir encausamientos.
En tanto, los municipios han recibido recomendaciones para definir sus albergues y mantener un stock de emergencia, “pues son ellos los primeros en responder frente a estas situaciones”.
La autoridad destacó que este año el Ministerio de Desarrollo Social implementará el Código Azul en la región, con el objetivo de proteger de las bajas temperaturas a las personas en situación de calle. Para ello se aumentará la capacidad de los albergues y se destinará un móvil que saldrá en búsqueda de quienes se vean afectados, debido a las inclemencias del tiempo. La ruta calle será puesta en marcha a partir de la primera semana de junio.
En línea con la Onemi, de acuerdo con la proyección de la Dirección Meteorológica de Chile y según las perspectivas de riesgo hidrometeorológico para este otoño-invierno, se espera que los
eventos de precipitación aumenten su frecuencia. Lo mismo ocurrirá con los fenómenos de
precipitación en altura, generando condiciones de aumentos repentinos de caudal y que
concentran grandes montos en periodos cortos de tiempo. Lo anterior sucederá en el contexto del cambio climático.
Dado que los puntos críticos de la región se vinculan en mayor medida con posibles anegamientos, el organismo recomienda realizar inversiones a largo plazo. La idea es que éstas permitan que los municipios cuenten con proyectos de evacuación de aguas lluvias, mejoras al alcantarillado, entre otras.
EVENTUALES CORTES DE AGUA POTABLE
En el marco del Plan de Invierno, las autoridades también indicaron que trabajan para asegurar el suministro de agua potable para la población de la zona. No obstante, Riquelme no descarta que hayan interrupciones en dicho servicio. “En las fuentes superficiales” de líquido potable, como “los ríos, esteros y canales, siempre es posible que ante turbiedad extrema, por ejemplo en el Río Cachapoal, se arriesgue la continuidad” de su abastecimiento.
“Dadas las condiciones actuales de la cuenca, donde sectores antes cubiertos de nieve ya no lo están, las lluvias de alta cordillera arrastran mucho material sedimentario, causando fenómenos como los vistos en Santiago, con el Río Maipo, o en Rancagua en 2015 y 2016. Por ello el Plan Invierno de la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS) contempla una fiscalización a las captaciones de agua potable superficiales de Rancagua, Machalí, Coya, Codegua, Puente Negro y Pichilemu”, comentó.
Añadió que “con ello se pretende minimizar esos impactos en los sistemas de producción. El resto de las localidades abastecidas por la empresa sanitaria, en la región, cuentan con fuentes subterráneas que no tienen el riesgo de turbiedad mencionado”, explicó. Consultada acerca de dónde podrían haber eventuales cortes, responde que en “Machalí, Rancagua Oriente, Coya y Puente Negro”.
Riquelme agregó que su “prolongación dependerá de las condiciones de los ríos que entregan el agua a las plantas potabilizadoras, ubicadas en las localidades mencionadas. En todo caso, para localidades pequeñas, como Coya y Puente Negro, es posible abastecer sus estanques de regulación normales, mediante camiones enviados desde Rancagua o San Fernando”.
Respecto a cómo responderán frente a interrupciones del servicio, contestó que “en las ciudades principales de la región, se cuenta con un plan de suministro alternativo de agua potable, desplegando estanques a los que la comunidad puede acudir a obtener el vital elemento. Este plan cuenta con medidas de difusión, acordadas entre Onemi, los municipios, la empresa sanitaria y la SISS, para conocimiento de la comunidad, en caso de necesitarse. La calidad del agua entregada en emergencia, es fiscalizada por la SISS, con cierto apoyo de la Seremi de Salud, si es que se requiere”.
Para prevenir cortes, la SISS fiscaliza “los sistemas de producción que cuentan con fuentes superficiales (ríos y esteros); la operación de las plantas potabilizadoras y su desempeño ante alzas de turbiedad; y se monitorean los parámetros de calidad de entrada y salida de las plantas de agua potable”. Según indica, dicha institución “instruyó mejoras a la planta de Coya, y una ampliación a la de Nogales, la cual abastece a Rancagua y Machalí”. En sus palabras, dichas obras están en operación.