– Fue presidido por el Administrador Apostólico de la Diócesis de Rancagua, Obispo Fernando Ramos.
Gisella Abarca
Fotos Héctor Vargas
A las 11:00 horas en punto comenzó el tradicional Te Deum de Fiestas Patrias, en que autoridades regionales, encabezadas por el intendente Juan Masferrer, representantes de las Fuerzas Armadas y de orden, junto a fieles de la diócesis acudieron a dar gracias por el aniversario 209º de nuestra querida Patria, eucaristía que se realizó en la Catedral de Rancagua este 18 de septiembre.
Esta Acción de Gracias fue presidida por el Administrador Apostólico, Monseñor Fernando Ramos, quien hizo un alto en los festejos patrios para agradecer al Padre común de todos por los dones entregados a nuestro país y encomendar el futuro del país a la santa Virgen del Carmen Patrona de Chile.
En su homilía, el obispo Ramos destacó que en Chile se debe trabajar por una cultura del encuentro “Actualmente en nuestro país no es raro encontrarse con episodios de violencia o crispación no sólo en la política; sino también en distintos espacios de convivencia, como en hogares, escuelas, comercio, calles, centros de salud, estadios, trabajo o el uso agresivo y descalificador de las redes sociales, destruyendo la honra y buena fama de las personas. Todo esto hace preguntarnos ¿qué pasa en nuestro país? Esto trae como consecuencia un gradual deterioro de la amistad cívica que nos va fragmentando en grupos que no se encuentran ni dialogan. Ante este tipo de situaciones u otras similares, el Papa Francisco nos propone que trabajemos en la construcción de una cultura del encuentro”, sostuvo Ramos.
En esta línea del trabajar por una cultura del encuentro, respecto al fenómeno migratorio, Monseñor Ramos expuso “No es raro en las ciudades y localidades de nuestra región encontrar extranjeros buscando trabajo y habitación. Por eso, es fundamental que desde las políticas públicas se tengan mecanismos regulatorios y organismos ágiles en dar respuestas rápidas a este importante ingreso de personas de otros países. Los requerimientos son muchos en seguridad laboral, acceso a la salud, vivienda y derechos sociales. Esto exige desde el Estado creatividad y empatía en la forma de enfrentar estos desafíos”.
Por último, dijo el Obispo, hay un aspecto en nuestra sociedad que nos desafía día a día en el servicio que podamos prestar para contribuir en la generación de una cultura del encuentro. “Las noticias nos informan, con justificada alarma, que este año estamos viviendo un tiempo de sequía muy aguda. Parte importante de nuestra región se encuentra bajo una emergencia hídrica. Sectores agrícolas y campesinos ven que sus cultivos están amenazados por la falta del vital líquido”.
Agregó “Hay muchos indicadores que nos hacen establecer una correlación entre el calentamiento global y la sequía que experimentamos en Chile y en otras latitudes. Esto evidentemente plantea preguntas acerca de nuestro modelo de desarrollo, formas de gestionar o utilizar los residuos de nuestras ciudades, cuidado y conservación del agua, relaciones con la vida silvestre y flora local, y así otras dimensiones. El problema de fondo es cómo entendemos nuestra posición de seres humanos en el mundo, cómo nos relacionamos con el cosmos y cómo nos encontramos con nuestra casa común”.
En este contexto, continuó Ramos “El Papa Francisco ha acuñado el término de Ecología Integral para englobar distintas dimensiones relacionales del ser humano en su inserción en el mundo, en donde no sólo se plantea la importancia del cuidado del medioambiente; sino también que el cuidado del mismo se expresa en la forma en que nos desarrollamos económica y socialmente. El cuidado de nuestras relaciones humanas se verifica en el cuidado que tengamos de los ecosistemas en los que vivimos o intervenimos. De esta forma, podremos plantearnos un modelo sustentable que responda tanto a las exigencias del tiempo presente como a las que provengan de las generaciones futuras. Evidentemente la escasez de agua nos impulsa a buscar solidariamente respuestas a lo que no solamente está afectando cultivos agrícolas; sino también al modo de vivir de comunidades enteras en nuestra región”, concluyó.
Al finalizar la ceremonia, monseñor Ramos junto a las autoridades presentes, participaron del desfile cívico- militar que se realizó en la Plaza de los Héroes de Rancagua.