El Gobernador del Chile colonial, don José Antonio Manso de Velasco, el 5 de octubre de 1743, al fundar un nuevo pueblo en el valle del río Cachapoal, lo denominó “Santa Cruz de Triana”. Cuando doscientos años más tarde, en 1943, se conmemoró el Bicentenario de la fundación, siendo desconocida la verdadera fecha, se elaboró la teoría de que pudo haber ocurrido el día 3 de mayo, que en el calendario religioso católico estaba consagrado a la “Santa Cruz”.
Ese día, se recordaba que en el lejano año 326 de nuestra Era Cristiana, la madre del Emperador de Roma, Constantino, Santa Elena, había descubierto en Jerusalen, Palestina, en el sitio señalado como “el Santo Sepulcro”, la cruz de madera en la que murió Nuestrro Señor Jesucristo. El día se marcó como el de “La invención de la Santa Cruz”. La palabra ”invención” significa ”hallazgo”.
Cuando se creó la Parroquia de Rancagua, fue puesta bajo la advocación (dedicación) de la Santa Cruz. Así el 3 de mayo, fue la gran fiesta patronal de la Parroquia.
Esa primitiva Iglesia debió soportar todo el rigor de la Batalla del 1 y 2 de octubre de 1814. En su interior se refugiaron mujeres, niños y ancianos, mientras afuera, O’Higgins y sus héroes resistían el feroz asedio de las superiores fuerzas realistas. Las balas, la metralla y el incendio causaron tremendos daños en la iglesia, que fue medianamente reparada después de 1818, siendo Director Supremo don Bernardo O’Higgins.
Por el año 1840, el Cura Párroco, entusiasta patriota, don Ciriaco Campos, dio comienzo a la difícil reconstrucción del templo. La falta dedinero hizo que los trabajos se efectuaran con gran lentitud. El Municipio en varias oportunidades asignó pequeñas partidas de sus escuálidos fondos, para la reconstrucción. La generosidad de los fieles hacía el resto. El Cura Campos no alcanzó a verlo terminado antes de su muerte.
Pero el nuevo templo, tuvo que ser ampliado y remodelado a través de otras sucesivas obras. No tenía torres, las que fueron levantadas en 1937 gracias a la constancia, trabajo y acción personal del recordado Obispo don Eduardo Larraín Cordovéz. Años después, tras el. terremoto de 1985, otro Obispo, Monseñor Jorge Medina Estévez, que enfrentó la reconstrucción de varias iglesias destruidas en la Diócesis, la Catedral fue remodelada totalmente, luciendo en la actualidad una hermosa presencia, que es una de las características de la ciudad de Rancagua.
Recordemos, por último, que el Director Supremo General don Bernardo O´Higgins, en el Decreto que le dio a Rancagua el título de ciudad y un escudo de armas, la mencionó como “Muy Leal y Nacional Ciudad de Santa Cruz, capital del Partido de Rancagua”. Agregaba que su Cuerpo Municipal tendría el título de “Muy Ilustre Cabildo”.
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