El documental es exhibido en Rancagua gracias a MiraDoc, el viernes 11 y los sábados 19 y 26 de octubre, en Avenida Cachapoal N°90.
Raúl Zurita no es sólo un gran poeta chileno. Rockero (ha tocado junto a Electrodomésticos, como también con González y Los Asistentes), activista por los derechos de la ciudadanía, se ha transformado en una gran figura pública. Un creador sensible que además lleva 17 años luchando contra el parkinson. La cineasta Alejandra Carmona Cannobbio lo retrata y homenajea en ‘Zurita verás no ver’, cinta que pasó por festivales como Visions Du Reel, Valdivia, Fidocs, Antofagasta, Femcine, Cinèlatino y Bafici.
Gracias a MiraDoc el filme fue estrenado en Rancagua el 5 de octubre, en la Biblioteca Eduardo de Geyter (Avenida Cachapoal N°90). La cinta volverá a ser mostrada el viernes 11, a las 18:30 horas, aparte de los sábados 19 y 26 de octubre, a las 16 horas. La entrada general cuesta $1500, mientras que estudiantes y tercera edad cancelan $1000.
El documental muestra cómo el escritor se aferró al arte para sanar las heridas que sufrió durante el golpe de Estado en Chile. El Premio Nacional (2000) efectuó acciones poéticas desesperadas que impregnó en su propio cuerpo, en el de la tierra y del cielo. Hoy, en el norte del país, imagina la obra de su crepúsculo, una propuesta monumental para la que aún busca financiamiento: ‘Verás un mar de piedras’ son 22 frases proyectadas con luz sobre los acantilados de Pisagua, lugar donde se encontró la mayor fosa común de detenidos desaparecidos de la dictadura. Los enunciados sólo pueden ser observados desde el mar y a medida que anochece, hasta desvanecerse con el amanecer. “Y llorarás” es el último.
De acuerdo con Alejandra Carmona, el filme visita algunos capítulos de la vida del vate, ayudando a entender “cómo la poesía y el arte pueden ser una tabla de salvación ante las injusticias del mundo”. A su juicio, él dio “voz al dolor del pueblo chileno, a las miles de víctimas de la dictadura que ya no pueden hablar”.
La realizadora agrega que la propuesta también atiende el parkinson del autor y cómo logra superar las dificultades. “A pesar de todo, la película al final es un canto a la vida y a la esperanza”.
La directora se sintió atraída por la figura del escritor cuando, a los 17 años de edad, lo vio recitando en la Universidad Católica. “Sentí que era un personaje poseído por la poesía, que la encarnaba con todo su ser, con todo su cuerpo. Eso me llevó a buscarlo casi más de 30 años después, para conocerlo en profundidad. Lo que descubrí fue no sólo un gran artista y poeta, sino que ante todo un ser humano íntegro, generoso, de una gran humildad”.