– A sus 27 años fue destinado a servir en la comuna. Desde allí no paró en especializarse en lo que define su gran vocación.
Gina Pérez Orellana
Fotos: Nico Carrasco
Trabajó en el hipódromo desde los 15 años y eso le ayudó a costear su carrera de Medicina. Luego, gracias a una beca en Obstetricia y Ginecología en el Hospital San Borja en Santiago, pudo enfocarse en lo que ha dedicado su vida y por el cual es un reconocido y querido Ginecólogo Obstetra en la comuna de Rancagua. Destinado a quedarse en esta ciudad histórica, recuerda que llegó a hacerse cargo de una maternidad que no tenía nada en el año 1968. En sus propias palabras la definió como “una maternidad muy primitiva. No había ningún control de embarazo, había mucha mortalidad materna y neonatal, cada mil mujeres que daban luz, cien de estos bebés morían. Entonces a mí me correspondió organizar la maternidad”, manifestó.
INICIOS DE UNA GRAN MISIÓN
“Empezamos con la ficha clínica a dividir la maternidad en distintas secciones; embarazos patológicos, puerperios, ginecología, aislamiento, etc. ya que había muchas infecciones. Recuerdo que era una maternidad en un rincón del Hospital Regional, muy pobre, no tenía agua caliente ni médico de turno. Cuando llegué había un doctor de llamado de 08 de la noche a 08 de la mañana, así funcionaba una maternidad regional”, manifestó el doctor Poblete al iniciar la entrevista.
En ese entonces y con 27 años de edad, contaba con todo el empuje y ganas de un recién egresado. El médico jefe que tenía en ese entonces – doctor Osvaldo Ruz- le entregó la misión de organizar el área. Estas son algunas de las cosas que rememora este reconocido médico. Además nos describe que al no existir agua caliente tuvieron que arreglárselas de alguna manera. Gracias a un amigo de él que contaba con un aserradero, le regalaba el aserrín y en un tarro grande lo colocaba a hervir todo el día con una plancha de acero. De esta forma lograban bañar a los bebés recién nacidos. Todo eso cambió para dar paso a una importante transformación en el lugar con los requisitos mínimos para abrir una unidad de Neonatología en el Hospital Regional.
Otro de los problemas que tuvo que enfrentar don Osvaldo fue el de las infecciones debido a que atendían a dos pacientes por cama. “En ocasiones tuve que operar en una noche a siete pacientes y extirpar úteros porque estaban infectadas, fueron tiempos complicados”, aseguró con un dejo de tristeza. Dicha situación llevó a Rancagua a situarse en el ranking de infecciones, algo para nada honroso. “La maternidad de Rancagua se dio el lujo de ser la maternidad que tenía mas infecciones en todo Chile. Cambiamos hábitos y así se logró mejorar logrando ser la maternidad con menos infecciones del país”. Tal hecho hizo que él ganará un premio a nivel nacional el que le permitió viajar a Washington, Estados Unidos, para interiorizarse en laparoscopia quirúrgica ya que en la ciudad sólo existía Rayos. Con la nueva tecnología aprendida logró esterilizar a cerca de cinco mil mujeres, con lo que la mortalidad materna e infantil bajó a cero. “La maternidad se organizó y hubo un control en los temas de maternidad, indicó.
VOCACIÓN
El doctor Osvaldo Poblete es un reconocido doctor de la zona que hoy sigue atendiendo en lo que en sus inicios fue la Clínica Integral, hoy Redsalud, junto a uno de sus hijos, Juan Pablo, quien tiene la misma especialidad de él. “Cuando mi hijo egresó comenzamos trabajar juntos y compramos una propiedad para una consulta. Así llegamos acá pensando en la clínica y un estacionamiento”. Lo que en poco tiempo fue creciendo y se transformó en lo que hoy se puede ver en la principal arteria rancagüina, la Alameda, recinto que cuenta con distintas especialidades, pabellones quirúrgicos y una UCI que en momentos críticos ha llegado a respaldar al Hospital Regional.
El facultativo que hace poco cumplió 80 años de edad, aseguró que no le cabe duda alguna de que se siente completo al poder ejercer la profesión de médico obstetra con una larga trayectoria. Esta emoción lo embarga cada vez que diversas generaciones de mujeres llegan a su consulta para seguir atendiéndose con él. Cree que no habría podido elegir otra profesión. “Elegí mi carrera. La elección de especialidad me llena de alegría al ver a una mamá feliz con su hijo. Un llanto de bebé recién nacido es dar vida, por lo tanto es muy importante para mí que soy pro vida. No me nace interrumpir un embarazo”, señaló tajante.
De esta forma, el doctor Poblete nos deja en claro que toda su vida ha estado marcada por el trabajo, porque no en vano se vio forzado a trabajar desde los 15 años. Hoy padre de cuatro hijos y dos matrimonios, este destacado profesional viajará pronto a Viena como invitado de honor al Congreso Mundial de Obstetricia y Ginecología.