Ximena Mella Urra
La Asociación de Productores de Fruta de la Sexta Región, Frusexta A.G., agrupa a 160 fruticultores de la región de O’Higgins, y a través de su presidente, Manuel Puga Vial, no se muestran indiferentes ante las manifestaciones sociales que están sucediendo en el país.
Sabemos que la agricultura es un área decisiva en la economía local, principalmente porque además de abastecer, aporta una masa sustancial de fuerza laboral ya sea permanente o no. Si bien es sabido que el sector sobrelleva en los últimos años, diversos problemas relacionados con el cambio climático, el vocero gremial de los fruticultores suma otros retrocesos como es la situación actual que vive Chile.
“Somos el puntapié inicial a toda una industria y a este escenario de movilización y demandas sociales se suma lo que debemos sufrir desde hace tiempo con las granizadas, heladas o la sequía. Esto redunda en que las rentabilidades del rubro han ido decreciendo, y todo esto ha derivado en que nuestros costos crezcan desde hace algunos años”, manifestó.
Asimismo explicó que existe una inseguridad generalizada por lo que han debido invertir en más herramientas que la combatan, como es contar con seguros. “Más ahora con los paros ya que nuestro producto es perecible y por lo tanto no pueden esperar. Todo este escenario nos afecta enormemente porque además de la inseguridad que ya teníamos, se agregan las demandas sociales. Además, con esta inseguridad se desincentiva la inversión por lo que vamos a participar de un crecimiento vergonzosamente bajo por un periodo muy largo y esto es lo peor que nos puede pasar”.
La fruticultura aporta directa o indirectamente en materia de impuestos, subrayó Puga. “Por ejemplo, cerca de 3 millones de pesos por hectáreas en el caso de un parrón y en leyes sociales este monto sube a unos 3 millones 800 mil pesos por igual espacio. El Estado no arriesga nada con nosotros y nos pide el 27% de los impuestos-en tres o cuatro años estos fueron elevados desde el 19%-, lo que es obvio para que el país pueda funcionar. Sin embargo, en materia desarrollo de obras públicas, por ejemplo, no hemos visto grandes avances que nos faciliten la movilidad en los caminos y en los puertos”.
La agricultura tendría motivos de sobra para salir a protestar por una deuda que se arrastra de años, insistió el agricultor representante de este gremio. “Le hemos aportado una cantidad enorme al Estado y somos la causa de esta mega industria”. Sin embargo dice que reciben muy poco a cambio o nada, en cuanto a créditos, investigación, transporte, seguridad, etc. “Incluir más investigación para poder amortiguar los cambios a este rubro significa mejorar el tamaño de las frutas, disminuir los costos, mecanizar, mejorar su traslado, entre otras mejoras”.
PESIMISMO
Manuel Puga se mostró pesimista por una situación que a su juicio se arrastra desde hace años y que ahora llegó a su clímax. Su visión autodefinida pragmática, relata que en Chile no se está respetando el estado de derecho y dice ser, como chileno y agricultor, un escéptico del futuro. “Así no se puede crecer. El país ya no es capaz de ordeñar a la gente que produce para tener mayor superávit y así entregar mayores beneficios sociales. Además los capitales se están marchando del país”.
“La clase política hoy no está dando el ancho y actúa de manera ideológica, no se hacen cargo ni parte de nada. Todo lo tranca, sobre todo problemas que debieron solucionarse hace mucho tiempo”, insistió. En el caso del proyecto de las 40 horas, el representante de Frusexta expresó que “el poder político está disociado de la realidad misma porque todos dijeron que esto va a generar cesantía y se traducirá finalmente en mayor costo. Se vino una reforma tributaria, una educacional y otra laboral y sin embargo no fue suficiente”, agregó a su reflexión.
