-En medio del estallido social del país, los micro y pequeños emprendedores han sorteado diversas dificultades, pero gracias al apoyo y acompañamiento de diversas organizaciones han logrado reinventarse para salir adelante.
Ximena Mella Urra
Fotos: Nico Carrasco
Sabemos que luego del estallido social en el país, las pymes y mipymes se han visto gravemente afectadas producto de saqueos, bajas ventas y desempleo. Una de las organizaciones que apoya constantemente a estos emprendedores es Fundación Banigualdad la que hace algunos días realizó su evento anual en Rancagua llamado “Despega tu negocio». En la cita se reunieron casi un centenar de sus usuarios para conocerse entre sí, compartir contactos, datos de proveedores y poder mejorar así sus negocios mediante esta creación de redes.
Este organismo, es una organización sin fines de lucro que apoya con financiamiento mediante créditos y capacitación a pequeños emprendedores. Con 13 años de trayectoria, funciona desde Iquique hasta Puerto Montt con más de 50 mil microempresarios, mientras que en la región de O’Higgins trabajan con cerca de mil 600 emprendedores distribuidos en distintas comunas. “Nuestro modelo está basado en la confianza, sin pedir ningún otro requisito que el de tu carnet de identidad, tener un emprendimiento y que los vecinos y los mismos emprendedores te conozcan”, indicó Macarena Bustos, Jefa de Créditos de Fundación Banigualdad.
A lo largo de su historia, han entregado casi 400 millones de pesos, dineros que los mismos microemprendedores de todos los rubros, van devolviendo de acuerdo a su propia metodología. “Para muchos de ellos este capital entregado es el punto de inicio para comenzar su negocio. Tenemos a personas que han empezado con nosotros desde hace mucho tiempo y pidiendo créditos muy bajos. Ahora tienen su emprendimiento más establecido y aunque pueden recurrir a la banca tradicional, se mantienen con nosotros debido al vínculo que han creado”, asegura la encargada.
Cuentan con asesoras de emprendimiento quienes difunden la labor de la fundación y se encargan de acompañar a los emprendedores. “Es que no solo entregamos financiamiento sino que también, hacemos acompañamiento. Se sienten cómodos y apoyados ya que en el grupo que han formado se ayudan unos a otros. Vamos más allá que un simple vínculo financiero, por eso la gente tiene un compromiso de pago muy bueno. Somos otra instancia de apoyo al emprendedor, de capacitarlos y reunirse con el fin de que se den ideas y hagan redes”, explicó Bustos.
CASOS EXITOSOS
Valeska Pavez, realiza Terapias Complementarias en su casa y a domicilio en Rancagua, ya sea Reiki, flores de Bach, alineación de chacras, entre otras. Lleva 11 ciclos (6 años) con la fundación donde al principio solicitó un crédito de 100 mil pesos para comercializar joyas. Este paso le permitió costear estudios y dedicarse ahora a esta área, solicitando recientemente un crédito de $1 millón. “Pago semanalmente más un pequeño interés, que es casi nada, y a la vez vamos ahorrando dinero. Por ejemplo si pido esa cantidad($1 millón) pago $96 mil en intereses durante 5 meses y se puede volver a renovar”, según explica la joven quien con su primer crédito compró productos para vender. Además asegura que hoy su negocio de medicina complementaria “ha estado lento”, pero a su juicio lo que ofrece es una “necesidad” ante lo que está pasando en el país. Si bien integran grupos de emprendedores patrocinados por Banigualdad y se juntan cada 15 días para compartir experiencias y ser capacitados con herramientas de negocios, Valeska asistió por primera vez a este tipo de encuentros masivos que realiza anualmente la fundación.
Su par Julio Contreras, es un emprendedor cuyo negocio depende de la época del año, ya sea vendiendo frutos secos, volantines o aguas y refrescos envasados. Hace tres años está con Banigualdad y dice que le ha cambiado la vida. “Después de este destape social nos ha costado más pero sabemos que con esfuerzo sabemos que estamos en una buena temporada para vender líquidos. Le doy trabajo a una persona en esta temporada y me instalo afuera del Hospital Regional de Rancagua”, aseguró. Dice que el dinero solicitado lo ha utilizado en la compra de suministros y hace poco más de un mes, con el último préstamo que pidió a Banigualdad, pudo adquirir una segunda congeladora para guardar sus productos. “Como trabajamos en la calle ganamos día a día y de ahí vamos sacando las ganancias y separando para pagar el crédito todas las semanas y hemos podido ser ordenados y pagar responsablemente”, señaló.
Por su parte, Jaqueline Torres confecciona disfraces y los vende en su local de Cuevas 768, Rancagua. Hace cuatro años comenzó con su emprendimiento mientras que hace uno entró a Banigualdad. En esta oportunidad destacó el nivel de capacitación que ha recibido en cuanto a manejar su emprendimiento, su tiempo, organización, costos y tecnología. A pesar de lo que pasa en Chile, siempre termina reinventándose y en los meses del verano confecciona otros productos o se dedica a su bazar de insumos y materia prima para disfraces. Por ello es que su negocio ha crecido y hoy emplea a tres personas más. “A pesar de no haber sufrido saqueos, estuvimos mucho tiempo sin poder funcionar bien porque al estar en pleno centro teníamos que cerrar al mediodía en los primeros días de esta crisis, ahora he perdido ventas porque estoy hasta las 5 o 6 de la tarde solamente, y antes cerraba a las 8 de la noche”, finaliza.