“Fueron días, meses muy difíciles para Rancagua por las características del terremoto en el país. A medida que iban pasando los días íbamos viendo los daños de destrucción y la magnitud. Yo recuerdo que el día del terremoto me encontraba de vacaciones y llegué el 28 al mediodía y comenzamos a recorrer la comuna y nos encontramos con muchas personas a la intemperie de la Villa Cordillera”, recuerda el alcalde de la comuna de Rancagua, Eduardo Soto al referirse al 27 de febrero del 2010.
Los efectos posteriores a ese día debieron ser enfrentados con recursos del municipio “los primeros días fueron días difíciles sin ayuda del Gobierno central ni regional pero eso nos dio la fuerza necesaria para trabajar en lo inmediato que fue construir un conjunto de viviendas de emergencia para trasladar a las personas que quedaron sin vivienda especialmente los vecinos de Los Parques y Villa Cordillera”, explica. Desde allí centraron el trabajo de hecho se instalaron container municipales los que permitieron tener el catastro oficial de la situación y los vecinos pudieron hacer allí los trámites que necesitaban “relata. De esa forma se enfrentaba el hecho en el lugar que concentró más daños en la comuna “el grueso de las familias afectadas fue en el sector oriente sin desconocer que hubo otros sectores con daños como el casco histórico de Rancagua, casas de adobe que se vieron afectadas”. Hoy a diez años, Soto manifiesta que la situación logró avanzar gracias al apoyo de los senadores de la región de la época “fue un trabajo de muchos meses, de reuniones con los senadores Letelier, Chadwick, luego García Huidobro, autoridades del Serviu y presidentes de comités estoy muy agradecidos de ellos por que contribuyeron de manera importante para así comenzar los proyectos de reconstrucción” señala. En esa línea apunta el alcalde que la región cumplió bien. Una serie de recintos públicos lograron recuperarse, entre ellos el Liceo de Niñas, Oscar Castro.
En el punto de los temas pendientes admite que si bien hay algunos proyectos por terminar tiene que ver con financiamientos de parte del gobierno regional sobre todo lo que tiene que ver con iglesias con un valor patrimonial “hay algunas que están a punto de terminar como en el sector de Centenario (…) El hogar de San José también fue otro gran tema costó bastante pero lo que hoy existe es de gran estándar. En general la comuna logró volverse a ponerse de pie”. Finalmente agrega “El terremoto fue una oportunidad para la ciudad que permitió hacer mejoramientos y los que resultaron dañados hoy están en mejores condiciones de lo que vivían antes del 27 de Febrero” esto último en alusión a las reiteradas denuncias realizadas por los vecinos de Villa Cordillera por problemas de construcción.