- “Sin duda el momento más temible fue cuando corrió el rumor de la salida de Convento Viejo (Acumulador de agua) lo que significó un caos total en la ciudadanía y un hecho que pudo tener trágicas consecuencias, ahí los Bomberos casi en vano intentaron detener a las personas para indicarles que todo era falso, solo un rumor, una mentira”, recuerda el Comandante de Bomberos, Pablo Jiménez.
Fernando Ávila F.
Eran las 03:34 minutos del sábado 27 de febrero del 2010 cuando un emergente ruido subterráneo despertó a gran parte del país, en Santa Cruz, siendo el último fin de semana del verano muchos jóvenes de la época aun disfrutaban esas últimas horas en diferentes pub o discoteque.
Una de las instituciones mejor evaluadas después del terremoto a nivel nacional fue Bomberos, pero, ¿cómo fue su actuar en Santa Cruz? conversamos con el Comandante de la institución en la ciudad, Pablo Jiménez, a diez años del evento para ver cómo recuerda ese momento.
¿Comandante, como recuerda el trabajo de los Bomberos de Santa Cruz en el terremoto del 2010?
En aquél entonces ocupaba el cargo de Capitán de la compañía de Santa Cruz y la primera acción, luego de ver que mi familia estaba a salvo, fue ver las condiciones del personal de guardia nocturna, el cuartel de Bomberos y su material, seguido de ello me traslade hasta las dependencias para organizar los equipos de trabajo y así recibir las primeras informaciones para acudir en ayuda de los vecinos, mientras comenzaban a llegar los voluntarios.
Al pasar los minutos y sin haber líneas telefónicas las personas comenzaron a acudir al cuartel para dar aviso de las emergencias, fue así como la primera emergencia en atender fue una fuga de gas cloro en la copa de agua de la ciudad, que podría haber causado varias víctimas sin no se controlaba, luego se envió unidades a recorrer las poblaciones y también hacia La Lajuela para ver la situación de los vecinos de esos lugares, paralelamente las compañías del Huique, Apalta, Cunaco, Isla de Yáquil y Palmilla hacían lo mismo para ayudar a sus vecinos.
Los Bomberos rápidamente se trasladaron a diferentes puntos para rescatar personas y víctimas del terremoto, siendo el momento más tenso al llegar a los departamentos de Paniahue, lugar en donde todo un piso quedo aplastado por la construcción y en donde hubo dos víctimas fatales, otro momento clave fue el acudir en apoyo al Cuerpo de Bomberos de Chépica por un gigantesco incendio de viviendas, lo que significó trabajar largas horas para evitar la propagación del fuego.
Por otro lado dentro de las 48 horas siguientes al terremoto y aun trabajando sin luz y agua en la ciudad, la institución debió colaborar con nuestras ambulancias en el traslado de los pacientes del hospital local hasta el Cesfam de la ciudad, hecho que comenzó pasada la media noche y finalizó a eso de las 08:00 de la mañana, pero sin duda el momento más temible fue cuando corrió el rumor de la salida de Convento Viejo (Acumulador de agua) lo que significó un caos total en la ciudadanía y un hecho que pudo tener trágicas consecuencias, ahí los Bomberos casi en vano intentaron detener a las personas para indicarles que todo era falso, solo un rumor, una mentira.
Fueron dos semanas de recoger experiencias de cómo enfrentar una emergencia tan masiva y con tanto daño, sin embargo, dentro de los buenos recuerdos está la solidaridad de la gente, la colaboración y disposición de quienes más tenían, los comerciantes locales que rápidamente intentaron surtir a sus clientes de productos básicos necesarios, el trabajo unido entre las instituciones de servicio y la lección de una coordinación que hasta nuestros días nos permite estar preparados para cuando la naturaleza o emergencias provocadas pongan en riesgo a nuestra gente.