“¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza? ¿Y los burladores desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia? Proverbios 1:22.
Silvio Rodríguez, músico cubano, frente a la emergencia sanitaria por el COVID-19: dijo: “No creo que el mundo vaya a cambiar mucho” “Ya estamos mal acostumbrados y mal hechos, y hay muchos intereses con poder”.
Desgraciadamente el coronavirus no está sirviendo para cambiar nuestra vista o nuestra forma de pensar. Somos en general de visión corta y no tenemos la capacidad para recordar.
Las personas que trabajan en la salud han tenido que observar sin descanso el deterioro, desgaste y fallecimiento de muchas personas. Han tenido que irse a su casa día tras día a “descansar” sin poder pegar pestaña, porque cuando una realidad entra por los sentidos, deja una huella de memoria imborrable.
A las personas que trabajan en la salud, un día les aplaudimos, los bomberos hicieron sonar sus sirenas como un reconocimiento a su labor. Pero salir al balcón y aplaudir o tocar sirenas, no cuesta nada. Lo difícil es ser personas responsables y consecuentes, con capacidad de poder ver más allá de lo evidente y de aprender de nuestros errores e irresponsabilidades para no seguir condenando al resto, que evidentemente a muchos les importa poco.
Demasiadas veces, nuestro propio yo parece ser el único prójimo que conocemos y ni siquiera lo cuidamos lo suficiente.
Como suele pasar en la vida de muchas personas hoy, escogen los peores ejemplos a seguir. Da igual las recomendaciones de los que saben, o lo que ven los que han peleado desde la primera línea de batalla.
Podrían estas personas haber escogido imitar la vista del águila, que se superpone a la dificultad para verla desde arriba, con perspectiva y amplitud. Quizá la del gato, que, siendo un gran cazador, aun así, no abandona el vigilar su presa. Podría haber sido la vista del camaleón, que es capaz de visualizar objetivos a la par y que, desde otra perspectiva, está captando las posibles amenazas.
Lamentablemente tal como lo afirma el Canta autor cubano Silvio Rodríguez, nosotros no vemos ni lo que tenemos justo delante de nuestros ojos, tenemos vista de topo y memoria de pez apenas distinguimos la luz de oscuridad.
No hemos aprendido nada, más allá de auto engañarnos pensamos que si el otro lo hace, pareciera que estuviera bien, las redes sociales, marcan la norma.
A nuestra sociedad, le fallan los sentidos, les llega la información de manera defectuosa y superficial.
Estamos desaprovechado una oportunidad en medio de esta crisis por coronavirus para aprender a hacer las cosas de manera diferente.
Al corto de vista y de recuerdo, con escasa capacidad de aprendizaje y nula sabiduría, la Biblia le llama necio, y dice el necio en su corazón “No hay Dios” “El camino del necio es derecho en su opinión; cree que lo que está haciendo está bien y no escucha el consejo de nadie Proverbios 12:15.
Defiende su postura desde la agresividad, porque la razón y la legitimidad le han abandonado Proverbios 12:16. y su diversión está en hacer necedades Proverbios 10:23 Sin embargo, no suele querer ver que su final viene asociado a su mucha necedad y que él mismo prepara el camino de su destrucción (Proverbios 5:23). El llamado del Señor es este: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta Romanos 12:1.
Pastor: Alejandro H. Cabrera C.