Estamos en un periodo de sobreabundancia de datos. Me atrevería a decir que al menos en los últimos 30 años, nunca habíamos tenido a prácticamente toda la población tan expuesta mediática y contextualmente a recibir tal cantidad de información cuantitativa.
Pero la información por sí sola, no cumple ningún propósito personal si no va a la par con la capacidad de interpretarla. Esto requiere, sin duda, algo de formación, ya que, en caso contrario, con la misma masividad con la que fluye la información, se abre también la posibilidad de que circule la desinformación, con el consiguiente efecto negativo que esto puede traer para la toma de decisiones personales y colectivas, que en general cuentan con poco tiempo para la reflexión.
Quiero plantear un ejemplo de aritmética básica que a muchos sorprende: supongamos que hablamos de porcentajes diarios: si usted el día 1 tiene 100, experimenta una caída del 50%, y luego, 5 subidas consecutivas del 10%, ¿“recupera” su valor? Claro que no, luego de 5 días con 10% de subidas diarias, llevará sólo 80,5, y en 2 días más, recién estará bordeando los 97.
De la misma manera, si esos 100 experimentan 5 caídas diarias del 10%, y luego un “repunte” del 50%, tampoco “recupera su valor”: llegará sólo a 89.
¿Trampa? Para nada, la matemática no miente, le invito a abrir una planilla Excel y verlo por usted mismo. Los porcentajes afectan al valor al cual se aplica y, por lo tanto, no tiene sentido necesariamente compararlos entre ellos por sí solos. Un mismo porcentaje puede significar cambios diferentes, pero proporcionales, dependiendo las cantidades que estemos comparando. Esto es uno de los ejemplos quizá más contraintuitivos, pero básicos, en las finanzas personales.
IPSOS, lleva casi 10 años implementando una encuesta en cerca de 40 países: “Perils of Perception”, que muestra las diferencias entre las percepciones de las personas y la realidad. La falta de razonamiento lógico-matemático, la concentración de medios, los prejuicios y el acceso a internet, son los factores con alta incidencia a la hora de explicar dicho estudio.
Hay cosas que no tendremos tiempo de resolver en esta pandemia, pero sobre las cuales deberemos igualmente preocuparnos para estar mejor preparados para lo que se nos venga: la importancia de cultivar y potenciar el razonamiento lógico, y la adecuada comprensión de las operaciones aritméticas en la población son aspectos fundamentales que debemos incorporar a lo largo de toda la formación escolar, superior y profesional.
Dr. Carlos Pérez
Académico, Instituto de Ciencias Sociales
Universidad de O’Higgins.