RECORDANDO… Por Héctor González V.
Cuando ya nos encontramos a pocas horas de la llegada de un nuevo 18 de septiembre, el nombre del Padre de la Patria, don Bernardo O’Higgins Riquelme, surge como el mejor símbolo humano que se encuentra escrito en las páginas de la Historia de Chile.
Para Rancagua tiene características muy hondas y especiales. Fue en esta ciudad en donde alcanzó la cúspide de su gloria. Aquí, la villa se transformó en capital de la Provincia de O’Higgins y posteriormente en capital de la Región que lleva su nombre.
El monumento ubicado en el centro de la Plaza de los Héroes es el recuerdo y homenaje material permanente a su memoria.
Es oportuno citar algunos de los pensamientos de don Bernardo, escrito pocos meses después del Cabildo Abierto del 18 de septiembre de 1810, en una carta personal que le enviara al coronel Juan Mackenna. En esas palabras se refleja esa íntima sensación que fue norte de su vida. Dice textualmente:
“Quiso la suerte que debiera a Chile mi primer aliento y por lo tanto le debo, como mi patria, reparar en cuanto a mi dependa, su degradación, porque mirar su suerte con vergonzosa apatía, sería violar uno de los principios morales que más constantemente se me ha enseñado respetar desde que tengo uso de razón, esto es, que el sentimiento más grato a muestro corazón, después del que debemos al Creador, es el amor a la Patria”.