Ximena Mella Urra
Rodrigo Jorquera (34) es un destacado músico y compositor rancagüino autodenominado VerDor, y que desde hace más de una década despegó con su trabajo musical lo que le ha permitido visitar diversas ciudades del mundo llevando sus creaciones. Este año consolida una nueva etapa y bajo la manga tiene a su haber su séptimo disco, pero el primero bajo este nombre artístico.
Si bien no gusta de una catalogación de su estilo musical, su base es conceptual, electro pop experimental, indie e incluso punchi punchi, tal como nos cuenta desde su casa en Pichilemu. Su gusto por la música comenzó hace casi 20 años cuando con unos amigos formó una banda de punky llamada “Los Inodoros” donde tocaban covers pero también creaban. En 2007 se separaron y desde entonces todo cambió para Rodrigo ya que se fue a vivir a Buenos Aires, Argentina, a estudiar Terapia Ocupacional obteniendo su título en 2013. Hasta el año pasado ejerció en el país trasandino su carrera y a su vez interactuó con diversos músicos y artistas del país trasandino. Recuerda que una amiga le pasó sus poemas para hacerlos canción, así comenzó. “Ahí descubrí lo que era componer a partir de la poesía. Así comencé a componer compulsivamente y ya en un año tenía una veintena de canciones”, recuerda.
Sin pensarlo mucho, en 2008 presentó su trabajo bajo el nombre de Trostigo a un grupo de sellos discográficos que se juntaban producto de una cumbre en ese país, y tuvo la suerte de que uno de ellos le respondió, Rafa Paz (del sello Big Making Records), quien le pidió tocar en vivo. Fue su primera vez pero no lo pasó muy bien debido a sus nervios. Pese a quería volver a tocar en vivo, este terminó convenciéndolo de seguir financiando su primer disco (“Fffuuuhh” en 2009). Luego conoció al productor del under bonaerense Diego Acosta y así comenzó a crear de forma independiente varios discos más. En su trabajo destacan interesantes colaboraciones como el caso de Rubén Albarrán (Café Tacvba), Edu Schmidt (ex Árbol) y Javier Barría, entre otros. Tras una década de llamarse Trostigo, en 2018 se “autodestruyó” y pasó a autodenominarse “VerDor”.
La pandemia, el confinamiento y su amor por la música, lo llevó a encerrarse en su home studio a probar nuevos ritmos. Dice que sus canciones se inspiran en la introspección propia del ser humano. “Soy más de meterme en mí mismo”, asegura.
METANOIA
Tras una nutrida discografía lanzó el mes pasado su nuevo trabajo, el séptimo disco en su vida y el primero como VerDor. Su nombre es “Metanoia” el cual nos presenta 11 canciones creadas entre julio y agosto de este año, netamente grabadas en Pichilemu y masterizadas en Buenos Aires. Además, en este álbum tuvo la compañía y colaboración de colegas y amistades como Wälnuts, El Regador (Juampi Caiazza), Diego Acosta y Carolina Sotomayor.
En Metanoia, VerDor explora las diversas etapas emotivas que deja el quiebre emocional. “Me vine emocionalmente destruido desde Buenos Aires por el fin de una relación y un duelo por dejar la ciudad donde viví por 13 años”, rememora. “No tenía pensado hacerlo cuando volví a Chile, pero una lectura de tarot me quedó dando vuelta y fue el disparador para empezar a escribir de vuelta. En agosto comencé a componer y en septiembre ya estaba listo el disco siendo lanzado el 25 de septiembre. Hoy lo puedes encontrar en todas las tiendas digitales e incluso en YouTube”, nos comenta.
“Voy a seguir creando y escribiendo cada tanto y colaborar con otros artistas cada tanto. Por ejemplo, con Wälnuts, un músico instrumental y visual de Requínoa que hoy vive en Sevilla y que colaboró en el disco, es muy posible que sigamos haciendo cosas. Además tengo una banda paralela y escondida que se llama Naji, que es más funky y lo hacemos con amigos de Valparaíso”, finaliza.