Para los más cinéfilos podríamos decir que en este momento estamos a un paso de ser controlados como en la película Enemigo Público, donde su protagonista descubre que estamos siendo perseguidos y observados gracias a la tecnología en cualquier momento y hora.
Hoy podemos ver que, si buscamos ciertos contenidos en internet o “vitriniamos” algún artefacto por la red, no pasa mucho tiempo que nuestras redes sociales y páginas que visitamos que nos muestre contenido asociado a nuestras búsquedas, nos llegan ofertas de las Smart TV que queremos o artículos de viajes que deseamos. Esto no sucede porque nuestro computador sea vidente sino porque literalmente nos tienen “pinchados” a través de sistemas de inteligencia artificial que utiliza nuestros datos, preferencias y comportamientos en internet, para entregarnos un material similar y ofrecernos “lo que queremos”. Sistemas financiados por las empresas, especialmente transnacionales con el fin de aumentar la venta de productos.
Los alegorismos que en algunas ocasiones nos gustaban, como en la plataforma de entretención como de películas, músicas y libros que nos va enseñando series, textos y canciones similares a las escuchadas y que nos facilita la búsqueda de nuestros favoritos, hoy también nos atrapa, dificultando conocer nuevas experiencias y cerrando el círculo en “contenidos similares”. Lo mismo sucede con nuestras redes sociales, donde se agregan a nuestros muros noticias que son relacionadas a las que comentamos o ponemos me gusta o no me gusta.
Acciones que nos comienzan a encerrar, que solo nos muestran siempre las mismas cosas, hace que la diversidad se pierda, que no tengamos un dialogo enriquecido con los que no piensan lo mismo, que los productos de los pequeños empresarios sea invisibilidad y que vamos perdiendo autonomía en nuestras elecciones.
Para romper este círculo, debemos arriesgarnos a buscar nuevos contenidos, elegir nuevos temas de interés, pero sobretodo, estar conscientes que en la red “nos vigilan”.
Alejandra Sepúlveda
Jefe de Informaciones