Cuando hablamos de delitos sexuales, nos referimos a todos aquellos que afectan a cualquier persona y que implica un atentado a su esfera de sexualidad, dentro de estos encontramos los delitos de abuso sexual, violación, producción de material pornográfico utilizando menores de edad, favorecimiento a la prostitución (en palabras simples prostitución de menores de edad), los nuevos delitos de acoso sexual en lugares público, abuso por sorpresa, entre otros.
En todos ellos nos encontramos con victima violentadas en su intimidad que requieren ser escuchadas, tratadas y que necesitan justicia. Sin embargo la mayoría de estas víctimas son niñas y adolescentes, con graves carencias a nivel económico, educacional y familiar. La forma de abordar, investigar y llevar este tipo de casos es de las más complejas en nuestro sistema penal. Por ello la Fiscalía cuenta con instrucciones y protocolos que ayudan a superar estas dificultades. Aquí es donde juega un rol fundamental el apoyo que prestan los profesionales de Uravit (Unidad Regional de Atención de Víctimas y Testigos), quienes apenas ingresa una denuncia en la Fiscalía toman contacto con la víctima o el adulto responsable y se preocupan de acompañarlos en este difícil trance hasta que termine la causa.
Cuando hablamos de victimización secundaria o revictimización, nos referimos a la mala o inadecuada atención que recibe la víctima una vez que entra en contacto con el sistema de justicia, puesto que la victimización primaria es precisamente lo que sufre la afectada a consecuencia del delito. Sin embargo, este principio puede colisionar con los fines de la investigación ya que la parte ofendida debe participar de algunas diligencias que son fundamentales; entre estas, declaraciones (etapa de investigación y en Juicio Oral), exámenes médicos, pericias sicológicas. A pesar de ello los esfuerzos deben encaminarse a que aquello sea con pleno respeto de los derechos y recibir un trato adecuado a su calidad. Esto ha traído algunos avances en todas las instituciones que intervienen y también por cierto en la creación de una ley que regula la entrevista video grabada de víctimas de delitos sexuales y violentos, ley que ya entró en vigencia en algunas regiones del país y que esperamos contribuya en la atención, tratamiento y por cierto en la investigación de este tipo de delitos.
Debemos destacar también las medidas adoptadas por los Tribunales Orales para el tratamiento de victimas menores de edad, como son el ingreso y espera en lugares separados del imputado y su familia, la posibilidad de declarar en salas especiales o por circuito cerrado, todo ello con la finalidad de facilitar su participación en el proceso.
Se trata de pequeños pasos que van en el camino correcto, siempre quedan tareas pendientes, pero nuestra prioridad es poder contar con nuestras víctimas y apoyarlas en todo lo que está a nuestro alcance y obtener la justicia que buscan y anhelan.