Diciembre siempre ha sido un mes complicado, con muchas actividades y emociones. Este año el último mes del calendario, se ve además con una cuota importante de incertidumbre. Pese a los avances la pandemia sigue presente al tiempo que muchos ven con esperanzas un segundo retiro del 10% para en algo paliar este mal año, esto sin que importen las consecuencias ciertas que tendrá en las pensiones futuras este retiro. Es que las necesidades son urgentes hoy y no se ve otra opción para la clase media, muy rica para acceder a beneficios y muy pobre para poder valerse por sus propios recursos.
Al mismo tiempo el comercio, especialmente las pymes, ven este mes con esperanza apostando a que la navidad servirá para en algo palear las perdidas que dejó la pandemia y otros ven con miedo el futuro al verse sin empleo o sienten desesperanza al percibir que esto no ha terminado y la posibilidad de una segunda ola es real, tal como lo están viviendo en Europa mientras vemos como 15 vacunas al menos se disputan ser las salvadoras del mundo, sin que entendamos mucho las diferencias entre unas u otras y poco seamos capaces de vislumbrar los millones y millones de dólares que entran en juego, al mismo tiempo añoramos el verano y tener la posibilidad de salir, estar al aire libre, lejos del encierro que vivimos en este año. Seguramente el turismo en verano será local, pocos extranjeros llegaran y poco saldremos a otras tierras.
Soluciones no hay fáciles, pero pasan por tener conciencia de ser lo que realmente somos y no presumir, de tener en claro que las relaciones humanas son las verdaderamente importantes y que estas dependen principalmente de sentimientos y de gestos de buena voluntad. No somos números, seguidores, contactos o consumidores, ciudadanos o votantes. Somos personas y como tal queremos ser tratadas por el Estado y por las empresas. Todos tenemos que ceder en algo para construir un todo nuevo, esperando que este 2020 quede atrás y el 2021 sea un año nuevo.
Luis Fernando González V
Sub Director