Por años este país se ha caracterizado por la lentitud para actuar o, como se dice diplomáticamente: “Llegar tarde”. Varias veces se ha visto como vecinos piden que se coloque un resalto, llamados coloquialmente como “lomos de toro”, bajo la argumentación de que los vehículos transitan a grandes velocidades por calles vecinales; así como también en múltiples ocasiones se solicita cortar cierto árbol, mejorar determinado puente, y un largo suma y sigue de casos. La razón es simple: evitar una tragedia.
¿Qué ocurre una vez realizada la solicitud? Absolutamente nada, pues las autoridades postergan la situación, esperando no solo que posiblemente ocurra alguna tragedia, sino que aguardan por el momento apropiado, a saber, la cercanía a elecciones para conseguir los votos de tales vecinos, ya que serían “los grandes salvadores” que atenderían sus inquietudes, pero claro, lo hacen con un fin maquiavélico: conseguir votos. En ocasiones, cuando no se avecina ninguna fecha provechosa para ellos, pasan por alto los requerimientos bajo la consigna: ¿Cómo va a ser tanto? Lamentablemente, esa frase ha matado a más personas de las que pensamos y causado un sinfín de accidentes. Recuerde usted mismo, querido lector, ¿Cuántos murieron o se vieron accidentados en tiempos previos a la colocación de cierto “lomo de toro”? ¿Cuántas casas se dañaron o, incluso, incendiaron, porque decidieron hacer caso omiso al árbol o poste de luz inclinado? Ante ello, surge la pregunta: ¿Qué está pasando?
La respuesta a lo anterior es simple y un tanto cruda: Solo están utilizando a las personas para obtener votos, sin importarles en lo absoluto su bienestar. Si realmente les importara, lo habrían ayudado sin necesidad de decírselos o hacer una publicación en diferentes medios dando cuenta de la situación. Siguiendo la misma línea utilitarista, cuando aparecen mostrándose como los “salvadores” capaces de dar soluciones a todo, al poco tiempo no solo incumplen, sino también olvidan sus propios dichos al no tener la presión mediática, es decir, meramente prometen bajo la mirada del flash fotográfico, pues a través de ello dan una falsa sensación de cercanía y preocupación.
Semejante situación no puede seguir de la misma forma, por lo que hago la siguiente invitación: Únanse, organícense y luchen incansablemente, deteniéndose solo cuando hayan obtenido los resultados esperados y no antes, porque su pasaje, callejón, pueblo, ciudad y, en definitiva, su entorno, no depende de los “políticos”, sino que de todos. Ustedes son las actrices y los actores principales de la sociedad, son quienes tienen el poder para exigir a las autoridades lo que estimen conveniente con miras a mejorar su calidad de vida, porque nadie más que ustedes conocen a cabalidad los problemas de su entorno.
Javier Osorio O.
Ex Vicepresidente Interno Federación de Estudiantes USS, sede Santiago
Estudiante de Derecho