Ximena Mella Urra
Fotos Cedidas
Era una gran incertidumbre que en medio de la pandemia por el Covid 19, la tradicional visita de la “familia motoquera” al Pequeño Cottolengo para ofrecer una tarde pre navideña, se lograra concretar. Pero resguardando todas las medidas sanitarias solicitadas, un grupo reducido logró llegar hasta las puertas de dicho establecimiento para compartir con sus niños, niñas y jóvenes y adultos que allí conviven.
Es que cada año, el domingo anterior a Navidad, cientos de motoqueros de la zona y de otras regiones vecinas, venían a colmar de amor, alegría, compañía y esperanza a los niños, niñas y resto de residentes de esta conocida residencia. Sin embargo, la pandemia no logró que cientos de motoqueros de otras regiones llegaran hasta Rancagua para este fiel evento de beneficencia.
En sus mejores momentos más de 500 motoqueros llegaban hasta el recinto en el sector de Baquedano, pero este domingo solo lo hicieron cerca de 50 integrantes de este grupo amantes de las motos y pertenecientes a nuestra región. Para evitar contagios un grupo reducido de ellos pudo entrar a saludar a sus residentes en los patios exteriores manteniendo la distancia social.
Luis Cortés Ibarra, alias el Cábala, quien es el principal ejecutor de esta iniciativa cada año, comentó que sabían que esto sería así, “era evidente, pero esperan que este 2021 todo vuelva a ser como antes. Ahora cumplimos con nuestro objetivo, de corazón, que era ir y llevarles algunas cosas a ellos, como pañales, ropa interior, entre otras necesidades. Estamos felices por haberlo logrado”.