Vivimos un 2020 complejo, en medio de una crisis sanitaria mundial que nos ponía en un escenario de incertidumbres y de acciones que debían ser agiles y efectivas para poder mitigar los efectos del virus en la población adulta mayor.
En nuestra región y en base al diseño de una estrategia que apuntó a la prevención y mitigación del virus dentro de los Establecimientos de Larga Estadía (ELEAM) u hogares de adultos mayores, pudimos -con un trabajo 24/7, en equipo y apelando al verdadero servicio público- hacer una intervención con excelentes resultados, pudiendo ser una ayuda real a estos dispositivos que alojan personas mayores y que no contaban con las herramientas técnicas ni económicas para “ponerle el hombro” a la pandemia y proteger a sus residentes.
En conjunto con eso, conocemos que los efectos de la pandemia han sido muy severos en aspectos sociales para nuestra región, tanto el mundo urbano como rural se han visto coartados en su desarrollo, y hemos tenido que modificar drásticamente nuestros hábitos sociales, promoviendo el aislamiento y distanciamiento físico, para evitar el contagio de esta enfermedad.
En este contexto, esta semana se asoma como una de las de mayor relevancia desde el inicio de la pandemia, al menos desde el punto de vista sanitario, pues en nuestra región ha comenzado el proceso de vacunación masiva, que incluye en esta primera etapa personal de atención de salud y adultos mayores. Se espera que la distribución de las vacunas se realice con la celeridad que corresponda y abarque toda la población de personas mayores sobre 80 años, que en la región abarca cerca de 31.930 habitantes.
El desafío es complejo, pues siempre el tiempo apremia y las condiciones de acceso y movilidad de muchos adultos mayores de nuestra región no son las ideales. Sin embargo como Servicio Nacional del Adulto Mayor, dispondremos de todos los recursos necesarios para que el proceso sea con la agilidad que se exige en estas situaciones, y podamos abarcar todo nuestro universo de adultos mayores de la región. La salud no puede esperar y las personas mayores deben estar siempre en el centro de cada decisión política y social, en especial en el ámbito de la atención y mejora en su calidad de vida.
Tamara Jofré
Coordinadora Regional Senama O’Higgins