Este viernes estuvimos cerca, peligrosamente cerca de batir un peligroso record. El de mayor cantidad de casos diarios de covid, el 19 de junio de 2020 se informaron 291 nuevos casos y ayer fueron 264.
No estamos ciertos que los altos números que comenzamos a mostrar, especialmente en Rancagua donde se informaron 75 nuevos casos sean solo un reflejo de las fiestas de fin de año. Ya han pasado bastante más de las dos semanas necesarias para que el virus se manifieste, así que la actual coyuntura tiene seguramente más que ver con una sensación de relajo y una evidente falta de fiscalización. Por ejemplo solo en muy pocas ocasiones los pasajeros del metrotren han sido fiscalizados en Santiago o en nuestra zona. Eso sí hay que señalar que con diferencia a lo vivido en el invierno, hoy se realizan bastantes más test pcr al día, hoy se informan 3.271 exámenes, marcando una positividad regional diaria de 8,3%, pero no conocemos el dato de la positividad comunal información que permitiría al mismo tiempo visualizar de mejor manera el verdadero riesgo al que nos enfrentamos. Precisamente un punto bajo de parte de nuestras autoridades, el de la comunicación del riesgo. En esto hemos visto una ausente intendencia que no se reúne con la mesa social Covid 19 desde agosto pasado y una invisible directora del Servicio de Salud O´Higgins Ishihara Zúñiga que ni siquiera una sola vez desde que asumió el cargo a fines de agosto ha asistido a la vocería local sobre el estado de la pandemia.
Lo mismo sucede con el actual jefe de la Defensa Nacional general Patricio Amengual que no ha entregado información a la población ni ha estado en las vocerías para responder preguntas dejando esta labor en oficiales de menor graduación, al mismo tiempo que en vista a las declaraciones del alcalde de Graneros y la respuesta dada por FUSAT se comienzan a ver preocupantes signos de un eventual atraso en la entrega de los resultados de los test PCR, recordemos que en el invierno uno de los factores que más influyó en que se expandiese la enfermedad fue la catastrófica demora de 14 días que se presentó en la entrega de estos resultados. Eso sí hay que señalar que el escenario actual no es el mismo de junio, ya que en ese momento prácticamente no se testeaba a quienes no presentaran síntomas y no se hacía búsqueda activa por lo que los casos asintomáticos detectados eran muchos menores. La cifra real de casos en junio -de haberse efectuado el nivel de testeo que hoy tenemos- seguramente habría sido mucho mayor, al menos el triple dice algunas proyecciones. En ese sentido la ocupación hospitalaria parece ser el único indicador comparable con lo que fue la primera ola, donde afortunadamente la región aún posee cierto margen de maniobra, pero no mucho.
Pero los datos de ayer son ciertamente preocupantes y la curva va en una evidente alza. No queremos retroceder, estamos cansados y necesitamos poder trabajar con cierta normalidad, pero siempre los criterios sanitarios deben primar por sobre los económicos, aunque estos deben igualmente ser considerados.
No es una tarea fácil la que viene en los próximos días, donde el retroceso lamentablemente parece ser una certeza, solo no sabemos cuando