No todo es negativo al evaluar las consecuencias de la pandemia que nos ha cambiado la vida a todos desde hace casi un año.
El rescate de valores sociales, como el tener conciencia de vivir en sociedad y volver a entender que de alguna forma u otra todos interactuamos y dependemos de otros.
Mucho son los que descubrieron tener vecinos que tienen intereses comunes y problemas comunes, que pueden mejorar con la colaboración de todos. La creación de los Whatsapp de barrios ha sido muy útil para mejorar la seguridad en los barrios y para la comunicación entre vecinos.
Por otra parte, la preocupación por los adultos mayores es otro de los valores que han surgido desde el segundo plano. Es evidente que nuestra sociedad se está envejeciendo lo que no significa que sean un lastre para la comunidad, sino que al contrario una gran mayoría se encuentra plenamente activos y no solamente con capacidades, sino que con la experiencia necesaria que no tienen las generaciones jóvenes mejor educadas.
La preferencia para entrar a las grandes tiendas y supermercados es un gesto que debiera mantenerse post pandemia. La determinación de ser los primeros en recibir la vacuna después del personal de salud es una señal muy potente de recuperación del respeto y cariño a los mayores.
Aunque falta mucho por hacer en materia de salud y de adecuación de leyes laborales que permitan a los mayores continuar realizando labores de acuerdo a sus capacidades con la pandemia se hace visible la preocupación y necesidad de cuidado que ellos necesitan.
Nuestras probabilidades de llegar a vivir muchos años sin duda son más altas de generación en generación. Posiblemente quienes son jóvenes hoy llegarán a ser no solo tercera edad sino que cuarta o quinta. Cuidémonos y cuidémoslo ….
Alejandro González Pino
Director