-Conversamos con un par de mujeres de campo, que, a pesar de liderar dos áreas diferentes, tienen algo en común, que es luchar por salir adelante por ellas y por sus familias, destacándose por su visión e innovación en los negocios y la sustentabilidad.
Por: Ximena Mella Urra – Fotos: Cedidas
Cada vez las mujeres están tomando un mayor protagonismo en el mundo rural, mucho más cuando son estas jefas de hogar y por diversas circunstancias de la vida, han debido optar por el emprendimiento como fuente de sustento para ellas y sus familias. Es que hoy las mujeres poseen mayores herramientas para ello, y a su vez un mejor apoyo externo para alcanzar su sustento fruto de un trabajo arduo, esforzado, tenaz y disciplinado.
En este Día Internacional de la Mujer, conversamos con dos de ellas, dos mujeres de la Región de O’Higgins que a pesar de dedicarse a dos áreas diferentes, tienen algo en común, que es luchar por salir adelante por ellas y por sus familias. Ellas son Claudia Lobos Abarca, directora del centro turístico Casa Ecológica, de la comuna de Coltauco, y Felicita Moreno, quien lleva más de dos décadas dedicada a la producción de maní y sus derivados en Chépica con su marca Vilaza .
Esta última junto a su esposo Carlos, vio en el maní un producto que gusta mucho y más aún si ellos mismos lo cultivan, ya que en el país hay pocas plantaciones, comenta Felicita. Poco a poco fueron surgiendo con la ayuda de instituciones como Indap o Serctoec, para innovar con diversos tipos de maní, con sabor, llegando a fabricar su mantequilla. Además, logra dar trabajo a cuatro mujeres de campo de la zona.
“Toda mi vida trabajé en el campo, que es muy duro. Por eso quise que mis dos hijas no vivieran lo que yo viví y por eso le puse todas las ganas a este trabajo para sacarlas adelante. Ellas pudieron estudiar y ahora tiene su propia familia”, nos cuenta. Hoy a pesar de la pandemia, su empresa sigue creciendo porque dice “le ponemos todas las ganas para eso. Fuimos aprendiendo de a poco, pero fue difícil porque ni mi marido ni yo terminamos el colegio. Después compramos maquinaria para fortalecer la parte agrícola. En eso está a cargo mi marido y yo veo todo lo que es proceso y venta”, explica esta pequeña empresaria.
Felicita agradece que toda su vida ha sido perseverante en lo que hace. Su motivación siempre ha sido su familia, sus hijas, sus nietos y sus padres para los que espera estar “siempre firme”. Antes pensaba en que solo debía preocuparse de ser mujer de casa y trabajar en el campo, ahora se considera una empresaria que es capaz de realizar y alcanzar muchas cosas. “Las mujeres somos capaces de hacer muchas cosas a la vez. ¿Si los hombres nos ganan en algo?, solo en la fuerza física. Somos capaces de levantarnos una y otra vez. En la pandemia no despedí a nadie, uno debía seguir trabajando sin bajonearse. Independiente que bajen las ventas aquí hay mucho por hacer, mucho maní por seleccionar, les dije a ellas”.
En el día de la mujer, Felicita reafirma desde su propia experiencia que “somos fuertes y luchadoras, salimos adelante y tenemos fuerza de voluntad para ver la vida con alegría y ser feliz con el destino que nos ha tocado”.
TURISMO RURAL SUSTENTABLE
Desde su granja turística de sector Lo Ulloa en Coltauco, conversamos con Claudia Lobos, fundadora de Casa Ecológica. Comienza contándonos cómo llegó a estas tierras desde Santiago. “Tuvo un infarto grave viviendo allá y los médicos me recomendaron salir de allá. Me vine al campo con mis dos hijos menores, a comenzar una nueva vida en el campo donde viví cuando era pequeña. Mi familia es de acá”.
Su problema al corazón tras tres infartos la dejó con secuelas. No puede estar de pie demasiado tiempo al no tener buena circulación de su sangre. “Me vine porque no tenía otra opción y sin dinero. Mi abuelita me regaló un terreno acá de unas 12 hectáreas y construimos mi casa con material reciclado, desde cero, con botellas plásticas y de vidrio, además de envases tetra pack y cubierta de barro”, explica. Pero fue después del 27F de 2010 que se dio cuenta que podía innovar con ella al comenzar a ser conocida a través de reportajes de prensa y televisión. “Con el terremoto a la casa no le pasó nada. Entonces la gente comenzó a venir para ver mi casa y gracias a INDAP pude tener por ejemplo mi primer panel solar. Así forme mi propia empresa. Comenzamos a preparar senderos en el terreno y hacer paseos educativos para colegios. Después surgió el tema de las cabañas turísticas que ahora son 3”.
Después del estallido social y la pandemia, Claudia ha debido sortear difíciles momentos como emprendedora ya que no tenía público que pudiera visitar su centro turístico y educativo. “Pero una vez levantadas las cuarentenas la gente comenzó a venir a las cabañas a disfrutar de la naturaleza y la tranquilidad de este espacio dedicado al descanso”.
Pero, ¿qué la motivó a seguir siempre adelante a pesar de todo?. Ella asegura que es porque es una ecologista de corazón y de acción. “Con esto he podido mantener a mi familia, vivo de esto. Lo que tengo para mí no es solo para mí, lo puedo compartir, es para todos. Hacer que la gente se dé cuenta que se puede cuidar el planeta es lo que me motiva y me mueve. Mucha gente se va de acá con las ganas de construir una también”, comenta nuestra entrevistada.
A su juicio, las mujeres somos muy porfiadas. “Tenemos la fuerza de decir lo voy a hacer y lo hacemos, tomamos ese desafío. Ahora a mi hijo menor de 24 años le falta un año para terminar la universidad y él me motiva a seguir porque sé que debo estar bien para él. Tengo que demostrarle que a pesar de todo tenemos que salir adelante, avanzar en la vida”, concluye Claudia. Recuerda siempre a su abuela Rosa como ejemplo a seguir y quien además le traspasó el terreno donde hoy se levanta su emprendimiento. “Ella me enseñó a salir adelante y a creer en Dios sobre todas las cosas. Tener respeto a todo y fe en Dios me ayudó en todos estos años. Es que las mujeres no podemos ser mediocres y hacer las cosas a medias, mejor no hacerlas”.