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OPINION: La exclusión educativa tiene cara de mujer.

Por Ximena Torres Cautivo

 

“Las mujeres abandonan menos, pero cuando lo hacen, no regresan”. Así resume Liliana Cortés, directora de Fundación Súmate, cómo la exclusión escolar, que de acuerdo a cifras oficiales en 2020 llegaba a casi 187 mil niños y jóvenes en Chile, es muchísimo más perjudicial y limitadora de oportunidades futuras para las niñas. El Ministerio de Educación estima que a causa de la pandemia habrá 80 mil jóvenes más fuera del colegio y no es descabellado suponer que las que se deban quedar en casa, sacrificando su derecho a la educación, sean ellas. Ocupadas del trabajo doméstico, de los hermanos menores o de algún familiar mayor o con discapacidad, para que los adultos puedan salir y generar ingresos. Mayoritariamente, es el tema del cuidado de otros lo que está detrás del abandono escolar femenino, lo que incluye el de sus propias guaguas, en el caso de los embarazos adolescentes. Y aunque éstos han ido disminuyendo en los últimos años, de acuerdo a cifras de 2018, el 50% de las escolares embarazadas no sigue estudiando.

En este Mes de la Mujer, es importante revelar cómo la desigualdad de género se expresa en este derecho fundamental -la educación-, que es además clave para la promoción de las personas y para que la pobreza no se siga reproduciendo de abuelas a madres y de madres a hijas. En Chile, tres cuartas partes de quienes no estudian ni trabajan son mujeres: un 66% contra el 34% de los hombres. Y los efectos de la pandemia, han profundizado y seguirán profundizando el perjuicio en materia de inclusión laboral femenina en al menos 10 años, dicen los especialistas, en especial en el caso de las mujeres más pobres y con menor escolaridad.

En nuestro país, el 48% de las mujeres participa en el mercado laboral y, en promedio, percibe una remuneración 25% más baja que los hombres. Si bien son varios los factores que influyen en esta desigualdad de género, uno de los que más incide es el sistema educativo.

Algunos datos: el 80% de las lecturas obligatorias del MINEDUC son escritas por hombres; el 80% de las instalaciones deportivas de los establecimientos educacionales son utilizadas por hombres; el 73% de la dotación docente en Chile son mujeres, sin embargo, sólo el 44% de los establecimientos educacionales está dirigido por una mujer. A los datos objetivos, se agrega lo que se conoce como “currículum oculto”, que es el conjunto de lecciones, valores y perspectivas no escritas y, a menudo, no intencionadas, que los estudiantes aprenden en la escuela, como que los hombres son buenos para la informática y las mujeres para la literatura, lo que redunda en que sólo el 9,1% de las mujeres que entraron a la educación superior en 2017 lo hizo a carreras tecnológicas. Y esto es mucho más evidente y brutal en el caso de las niñas y jóvenes pobres y vulnerables, donde muchas veces sus profesores, sus cuidadores, sus padres y apoderados, se plantean para qué. Para qué va a estudiar si va a quedar embarazada, para qué si tiene que cuidar a sus hermanos, para qué si en una de esas se casa bien, para qué si no tiene cabeza para el estudio, para qué si es linda.

Por eso a Liliana Cortés le duele tanto más perder a una alumna que a un alumno en una de sus escuelas de reingreso, porque sabe que a esa chica le va a costar el doble, el triple, que a un compañero varón volver a retomar su trayectoria educativa. Que la que sale, no vuelve. Y la que no vuelve, tendrá siempre  un hándicap perverso a la hora de buscar trabajo.

Por eso, nos emocionó tanto leer una fantástica noticia: por primera vez en la historia de las pruebas de admisión a las universidades chilenas, una mujer es el mayor puntaje nacional para ingresar a Ingeniería.

Trabajemos para que sean muchas más las que pueden completar sus trayectorias educativas y sus sueños personales, sin trabas sexistas ni limitaciones económicas, sociales, culturales. Para que la “interseccionalidad” de sus desventajas: ser mujer, menor de edad, pobre, vulnerable, parte de una minoría indígena, habitante de un sector rural, no se convierta en la suma de todos los males.

 

Celestes buscan a un futbolista en Argentina y también en el medio local

El DT Pablo De Muner, dijo que pretenden incorporar elementos para potenciar al plantel, como un “9” que aumente la competencia interna en esa plaza.

Este jueves, en entrevista con el programa Fuera de Juego de Rabio Bienvenida, el DT de O’Higgins, Pablo de Muner, habló respecto a las opciones de sumar elementos de cara a la segunda mitad del año.

En ese sentido, declaró que la gerencia deportiva está en Argentina tratando de abrochar a un jugador que él solicitó, lo que derivará en tener que liberar obligatoriamente un cupo de extranjero, ya que hoy tiene dichas plazas cubiertas.

“Hay que buscar ese jugador que estamos buscando y después ver la posibilidad de liberar ese cupo”, dijo el DT.

Así también, indicó que “siento que nos falta una segunda punta, que vaya al espacio, que tenga presencia en el área y que pueda jugar por todo el frente del ataque. Que nos dé una variante respecto a lo que tenemos”, pero que esa labor la puede realizar Facundo Castro, aclaró.

Ahora bien, también comentó que buscan a un “9”, una zona del campo donde está Matías Donoso, Esteban Moreira, Matías Belmar y Arnaldo Castillo. “En esa posición vamos a incorporar porque sentimos que hace falta. La competencia será más alta”.

Ahora bien, respecto a los nombres que están rondando en prensa de posibles refuerzos, como Jeisson Vargas, Bairon Monrroy o Franco Lobos, De Muner tuvo palabras para uno en específico, Matías Plaza. “Plaza me gusta, pero ¿es el momento de traerlo? Nosotros necesitamos algo de inmediato, que nos asegure algo que no tenemos”.

Finalmente, el estratega, manifestó que “hasta el día de hoy siguen todos los futbolistas”, pero sí no se descartan partidas para liberar cupos de extranjero o que algún otro club nacional se interesa en adquirir a alguno como, por ejemplo, Matías Marín, que es ligado tanto a Universidad Católica como Universidad de Chile.

La lectura como patrimonio cultural

María Jesús Honorato Decana Facultad de Educación Universidad de Las Américas


Hace unos días, nos enlutamos con la muerte de Marta Cruz-Coke, primera mujer directora de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (Dibam), y creadora del Día del Patrimonio que acabamos de celebrar. Entre el inmenso legado que nos deja esta destacada licenciada en filosofía y gestora cultural, quiero detenerme en uno: el programa Bibliometro, iniciado en 1996 para incentivar la lectura y acercar los libros a las personas, y que hoy está presente en las principales estaciones del ferrocarril urbano.

No es un secreto que los chilenos no tenemos buenos índices de lectura. Así como la iniciativa de Cruz-Coke, hay varias, pero ninguna ha tenido resultados esperados. Según el informe “Leer en Chile. Estudio de hábitos y percepciones lectoras”, publicado en octubre de 2022 por Ipsos y Fundación la Fuente, un 50% de los chilenos lee todas las semanas algún material, mientras que un 83% asegura que le gustaría leer más y que no lo hace, entre otras razones, por falta de tiempo (53%). Las cifras no se ven tan mal, pero leer, no es lo mismo que comprender. Si vamos al informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) «Education at a Glance 2018», solo el 1% de los chilenos adultos con educación media completa entiende lo que lee, frente al 7% promedio a nivel mundial. Y si enfocamos el lente en los chilenos con educación superior, este porcentaje llega a 5%, muy por debajo del 21% promedio de la OCDE.

A las principales causas que son el nivel educacional de las familias y los hábitos de lectura, debemos agregar la pandemia que afectó aún más los índices, principalmente a los primeros niveles de educación básica, que son precisamente donde se aprende a leer. Un estudio de la profesora Carolina Melo de la Universidad de los Andes, estableció que el 96% de los estudiantes de primero básico no conocen las letras del alfabeto, y por lo tanto, no pueden leer libros indicados para su edad.

Debemos recuperar la lectura como patrimonio cultural y de esta manera abrir las puertas para el desarrollo futuro de miles de niñas y niños. No leer, y mucho menos no comprender, coloca barreras que con el tiempo se hacen infranqueables. El camino para hacerlo es incentivar los hábitos de lectura desde la primera infancia, ya que ésta afecta todos los aspectos del ser humano: emocional, afectivo, social, lingüístico y permite el aprendizaje de todos los demás saberes. Son las familias y todo el sistema educativo los encargados de esta magna misión que tanto preocupó a Marta Cruz-Coke. Partamos por algo simple: contemplemos visitar una biblioteca junto a nuestros niños en cualquier panorama familiar.

“Rancagua y otras comunas de la región de O’Higgins deben ser consideradas comunas mineras”.

En el contexto de la aprobación del proyecto de Royalty Minero, que establece tributos que establece beneficios directos al desarrollo territorial del 89% de las comunas más necesitadas de nuestro país.

Señalar que la discusión se genera producto de que hay comunas en las distintas regiones y puntualmente en O’Higgins en las que se solicita que sean denominadas comunas mineras, esto para poder también ser beneficiadas y a su vez demostrar que están sometidas a externalidades negativas a causa de la actividad minera.

Es por ello, que la diputada de la región de O’Higgins Marta González acompañada de la diputada Marcela Riquelme se reúnen con el Subsecretario de Desarrollo Regional y Administrativo (SUBDERE), Nicolás Cataldo, donde se abordan distintas temáticas para lograr que estas sean reconocidas como tal.

Hay que mencionar que en esta reunión participan también alcaldes y representantes de las comunas de Codegua, Doñihue, Olivar y de manera telemática el alcalde de Rancagua.

La diputada Marta González señala que “esta ley se promulgó de manera urgente, dicho esto, nosotros nos enteramos que no estaba en el listado de comunas, beneficiadas con estos recursos, nuestra capital regional Rancagua, ni tampoco comunas colindantes al mineral El Teniente, entonces con la diputada Marcela Riquelme, que pertenece a la comisión de minería de la cámara, comenzamos a levantar las alertas. Por lo tanto, nos reunimos con el subsecretario de la SUBDERE Nicolás Cataldo y llegamos a un acuerdo de que este tema se debe revisar, ya que se debe formular un reglamento encargado a COCHILCO, como ente técnico, que describa los parámetros objetivos y que incluya en esta evaluación el análisis de las externalidades negativas como contaminación, alza de costo de vida, paso de relave entre algunas que se pueden mencionar. Debemos señalar que son décadas de actividad minera en la región que claramente generan estas externalidades negativas que les señalaba, por lo tanto, de acuerdo a este análisis consideramos que más comunas de la región de O’Higgins ingresen a este catálogo de comunas mineras”.

A su vez la diputada Marcela Riquelme comenta que “Este es un trabajo que tenemos que hacer en equipo, porque el objetivo central es lograr lo mejor para nuestras comunas y sus habitantes. Por eso, en conjunto con la diputada Marta González y autoridades locales, trabajaremos por un fin común. Rancagua es una ciudad relacionada directa e históricamente con la minería, mientras que Codegua, Doñihue Olivar y Coltauco también han visto el impacto de la industria en sus territorios”. 

Señalar que el proyecto Royalty Minero, aprobado este 17 de mayo, establece tres fondos destinados a beneficios comunales y regionales, los cuales aportarán un total de 450 millones de dólares, estimándose que de dicho fondo nuestra región recibiría aproximadamente 26.757 millones de pesos.

Finalmente, la diputada Marta González adelanta que en los próximos días se reunirá con el vicepresidente ejecutivo de COCHILCO para reforzar la urgencia que tienen diversas comunas de la Región, las que debieran ser favorecidas por ser comunas mineras.