Aunque tuvo una abundante producción musical en diversos géneros, el compositor francés Mauricio Ravel, es generalmente recordado por su famoso “Bolero”, para orquesta, que escribió en 1928, a los 53 años de edad, y que se ha difundido popularmente en todo el mundo. Para públicos más selectos, se le asocia con la “Pavana para una infante difunta”, de 1899, escrita a los 24 años de edad. También, para los amantes del ballet, por “Daphnis y Cloé” que en 1912 fue estrenado y difundido por la Compañía de Ballets Rusos de Sjagoilev. Las figuras principales fueron el ruso Nijinski y la bailarina Karsavina.
Mauricio nació en Cinoure, Francia, en marzo de 1875. Desde niño se aficionó a la música. A los 14 años de edad fue admitido en el Conservatorio de París, en donde completó sus estudios de piano, para continuar después con afamados maestros. Fue considerado como uno de los más populares de los compositores franceses.
Uno de sus biógrafos escribió: “Ravel , junto con Debussy, fue el máximo exponente del impresionismo francés”. Añade: “Ravel se distingue por su rigor constructivo en un estilo muy personal y fue uno de los más grandes orquestadores que han existido”.
No es posible señalar en este corto espacio todas sus obras. Algunas de ellas fueron: “Juegos de agua”, “Rapsodia española”, “Valses nobles y sentimentales”, “La hora española”, “Schéhérazade”, “Tres poemas” (sobre textos de Mallarmé), “Don Quijote y Dulcinea”, “Cuarteto para cuerda en fá”, “Sonatina para piano”, etc.
Mauricio Ravel falleció en París el 28 de diciembre de 1937, a los 62 años de edad.
—