Por: Patricio Miranda H.
Fue en la cuenta del agua de diciembre cuando comenzaron los problemas para Diego Correa, residente del condominio social Jardín de Machalí.
Si el consumo promedio de la vivienda, en la que habita junto a su esposa, bordeaba los $20 mil, el recibo de ese mes marcó casi $70 mil. Allí, comenzó una serie de llamados y correos con la empresa sanitaria Essbio y la constructora Conavicoop, para detectar y arreglar una filtración interna.

“Vinieron a reparar y picaron cuatro veces la casa y cuando vienen, dañan los muebles, rompen cerámicas. Cuando responde posventa, lo hace mal. Se supone que tienen que dejar tal como estaba y no es así”, reclama Correa.
Pero la situación escaló aún más cuando al mes siguiente, en la boleta volvió a ver un aumento en el consumo: esta vez el cobro fue de $936.660.
Pese a sus reclamos, asegura, no obtuvo respuestas ni soluciones. “Tuve que repactar la deuda a 48 meses”, dice. Así, por los próximos cuatro años, Correa deberá abonar a Essbio cerca de $20 mil pesos mensuales adicionales al consumo de agua y servicio de alcantarillado.
“He ido a Conavicoop, al Serviu, a Essbio y no he tenido respuesta. De la constructora me dicen que es responsabilidad mía detectar las fugas, pero son filtraciones internas, entonces con mi señora no teníamos cómo verlas y solo supimos hasta que llegó la cuenta”, asevera.
Correa cuestiona la calidad de los materiales ocupados en la construcción, sobre todo al tomar en cuenta que las viviendas fueron entregadas recién en 2017, escenario que le genera especial preocupación, considerando que la garantía que cubre las filtraciones y problemas de cañería se vence en abril del próximo año.
Un problema que se repite
Así como él, más de una decena de residentes ha tenido inconvenientes de este tipo y de forma reiterada. Así, al menos, lo asegura una vecina integrante del comité de administración: “Solo en mi vivienda he tenido cinco fugas de agua”.
“El material que pusieron en la parte de gasfitería es malo. De ahí es que vienen todas las roturas y fugas en las cañerías. Entonces como son internas, no nos damos cuenta hasta que llegan las cuentas del agua muy elevadas”, afirma.
Desde la constructora reconocieron falencias en un producto ocupado en la edificación de las casas. “Lamentablemente, hemos detectado que un material de cañería llamado PPR, utilizado en la construcción de estas viviendas, tuvo problemas en la producción de una partida de la marca fabricante. Y estos problemas derivan en las fallas y filtraciones que estamos viendo hoy en día, en algunas viviendas de este proyecto”, señala Roberto Bonilla, gerente comercial de Conavicoop.
Con todo, asegura que “después del tercer año de entregadas las viviendas, empezaron temas de filtraciones en las piezas especiales (codos, uniones, etc.) de PPR. Frente a esto, la Cooperativa ha trabajado -de manera oportuna- en la solución de todos los inconvenientes que los propietarios han reportado”.
Bonilla también apunta que los “expertos reparan estos problemas de manera inmediata, sin afectar la habitabilidad del propietario. Además, nos hacemos cargo de los sobreconsumos y pagos excesivos de agua, que se hayan incrementado debido a estas filtraciones. Para esto, los propietarios deben ingresar a una plataforma habilitada en nuestra página web y subir toda la documentación necesaria que demuestre el sobreconsumo (esta documentación debe solicitarse a empresa proveedora de agua). Con esto la cooperativa realiza el cálculo respectivo y deposita el saldo de sobreconsumo a la cuenta bancaria del propietario”.

Algunos vecinos reconocen que la constructora se ha hecho cargo de aquellos cobros excesivos, pero no es el caso de todos los afectados. De hecho, el área de posventa de Conavicoop, en un correo electrónico enviado a Diego Correa y su esposa, se desprende de las responsabilidades del caso. “Le comento que deuda no corresponde a un sobreconsumo de agua por filtración subterránea ya que es muy elevado, no coincide con los sobreconsumos de agua que pagamos normalmente por atención comercial, debe ver el tema directamente con proveedor del agua”, se puede leer en el correo.
Una vecina integrante del comité de administración hace eco de la situación y plantea que “como directiva tratamos de hacer algo para el bien de todos, pero Conavicoop no está respondiendo todos los requerimientos de los vecinos. Se les envía todo el papeleo a posventa y no todo es respondido como corresponde”.
Serviu llama a constructoras a respetar posventa de viviendas
El Condominio Jardín de Machalí se edificó como un proyecto de Integración Social y Territorial, y de Reactivación Económica, por ende, con posibilidad de postular a través de los subsidios DS19 y DS116.
Desde el Serviu señalaron que si bien “cabe mencionar que las recepciones de las obras son realizadas por las Direcciones de Obras de las Municipalidades respectivas, y en el caso de la recepción SERVIU, corresponde asegurar que el proyecto seleccionado sea el ejecutado”, igualmente hacen el llamado a las constructoras a respetar las garantías y a los residentes a ocupar los canales de atención y reclamos.
Así, detallan que, según la legislación vigente, la constructora “será garante por todos los daños o perjuicios que provengan de fallas o defectos en la construcción, sea durante su ejecución o después de terminada” y que el plazo para hacer efectiva la responsabilidad de la inmobiliaria dependerá del tipo de problemas detectado.
Así, en el caso de elementos constructivos o instalaciones (filtraciones, cañerías tapadas, problemas de aguas servidas, cortes de luz por uso de enchufes, entre otros), la garantía es de cinco años a partir de la recepción municipal de las obras.
En cambio, cuando los inconvenientes son del tipo estructural (humedad en las paredes y techos, pilares ahuecados, termitas, entre otros), la empresa debe hacerse responsable hasta 10 años después de dicha recepción.
“Cualquier objeción que surja respecto de la calidad de la vivienda debe reclamarse a través de los Tribunales de Justicia a la inmobiliaria, que actúa como ‘Propietario Primer Vendedor’ (constructora), a quien la ley hace responsable por los daños y perjuicios que se hayan producido como consecuencia de fallas o defectos de construcción”, señalan desde el Serviu.
