Por Ignacio Muñoz León, especialista en soluciones genéticas de Thermo Fischer Scientific
Chile hoy tiene una ventana de oportunidad. Los casos están en su momento más bajo, hemos tenido la menor positividad en la historia de la pandemia, aún no tenemos registro de transmisión comunitaria de variante Delta y el plan de vacunación es todo un éxito, más del 85% de la población objetivo ha recibido por lo menos una dosis de la vacuna.
A pesar de lo anterior no debemos confiarnos. Aún hay cerca de 6 millones de personas que no han recibido ninguna dosis de vacuna (rezagados y menores de edad) y variante Delta nos pone nuevamente en jaque debido a su alta transmisibilidad, ejemplo de ello es lo que está sucediendo en países con alta tasa de vacunación como Reino Unido y EE.UU.
Dado este escenario junto al, esperado, aumento de las libertades personales y apertura de fronteras debemos poner foco en 3 puntos para balancear el retorno a la nueva normalidad mientras convivimos junto al virus: debemos acostumbrarnos a testearnos.
El testeo preventivo es un hecho en la gran industria minera, ellos no pueden cerrar sus operaciones debido a 1 caso positivo, por lo cuales muchas han implementado de forma exitosas planes de testeo masivo de sus trabajadores mediante PCR. Deberíamos avanzar por la misma línea en la gran agricultura y el retail ¿no sería bueno ir a comprar al mall sabiendo que quienes están trabajando poseen un test PCR negativo?
Por otro lado, la CDC de EEUU recomienda que se incorpore el testeo preventivo dentro de los colegios como otra capa de seguridad (junto a la ventilación, uso de mascarillas, etc). Es decir, avanzar a la nueva normalidad implica testear frecuentemente a trabajadores y estudiantes. La buena noticia es que ya no siempre es necesario un hisopado nasofaríngeo, si no que existen tecnologías disponibles para trabajar de forma menos invasiva a partir de saliva.
Finalmente, tenemos que pensar en las fronteras y las nuevas variantes. Debemos enfocarnos en evitar que variante Delta se expanda por nuestro país, la OMS dice que será la variante dominante a nivel global, pero mejor que eso ocurra lo más tarde posible. Para ello, tenemos la tecnología disponible para aplicar un PCR específico para variante Delta a todos los casos positivos que se encuentren en fronteras: terrestres, aérea y marítimas.
La estrategia de testeo es fundamental para asegurar el regreso a la normalidad con mayor libertad.