En esta época donde pasamos pensando sobre los logros y títulos hay personas que nos enseñan con pequeñas acciones que lo importante en la vida es otra cosa. Una mucho más cercana y que muchos tenemos, pero no valoramos. La humildad y el cariño de la familia.
Miguel González Pino en sus 7 décadas, dejó una marca muy importante, no solo intelectualmente hablando, escribió varios libros de ética, libertad de expresión y en los últimos años nos enseñanza sobre la materia de educación previsional, un tema muy importante en estos días.
Miguel González fue un hombre, calmado, silencio y muy pensativo, pero con ideas claras. Pero una de sus cualidades que más se recordó en su funeral, fue la humildad y humanidad en cada uno de las actividades profesionales y familiares que realizó. Una cualidad muy escaza en estos últimos tumultuosos años y que nos muestra que se pueden lograr grandes cambios manteniendo siempre la templanza.
Si tuviéramos que reducir en pocas palabras su persona, diríamos: Amado y fiel esposo, querido padre, sensible hermano y todo un caballero para las demás esferas de la sociedad. Finalmente, un soñador que buscó su dulcinea en sus seres queridos y dar lo mejor de su sentido conciliador para el bienestar de la sociedad a través de sus profesiones de abogado y periodista.
Hasta pronto, Don Miguel, y como equipo periodístico esperamos poder aprender del legado que nos dejó para seguir desarrollándolo en las páginas de este medio de comunicación, con la humildad y profesionalismo que lo destacó en su vida.
Alejandra Sepúlveda
Jefe de Informaciones