Hoy, 9 de Noviembre, en todo el mundo se recuerda la increíble caída del llamado “Muro de Berlín”, que dividió a Alemania en dos sectores: el Oriental, dominado dictatorialmente por el comunismo en la URSS. (Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas) y la parte Occidental, dirigida por un gobierno democrático: la República Federal.
Hace dos semanas en esta misma columna del recuerdo, tratamos este tema, que ampliamos hoy con otros detalles basados en un artículo más extenso que publicamos en agosto de 1981, cuando se cumplieron 20 años desde la construcción de la “Cortina de Hierro”, iniciada el 13 de agosto de 1961 y que fue “derrumbada” 53 años más tarde.
No se trataba simplemente de una “Muralla”, sino que era una enorme fortaleza de 160 Kilómetros de largo, con altos muros de hormigón, una corrida de alambres de púas y largos pozos profundos, más de 100 torres de observación con guardias armados que lo hacían invulnerable.
Sin embargo, fueron centenares las personas que lograron traspasarlo, como también centenares los que fueron muertos por los disparos de los guardias. Tenían orden de disparar contra todos los que fueran descubiertos cuando huían.
Actualmente se conservan algunos “trozos del Muro” como testimonios de aquellos sangrientos años.
Tal vez lo más similar en la historia mundial fue el inolvidable 14 de julio de 1879 cuando se produjo la destrucción de La Bastilla, siniestra Fortaleza-Prisión de París.