Un año diferente. El COVID-19, las elecciones presidenciales, la negativa al cuarto retiro, la definición del título en Primera División, las altas temperaturas y más. Varios factores confluyeron el fin de semana y, pese a ello, la meta se cumplió.
La Teletón, como cada año, da muestras de que seguimos siendo solidarios. La campaña televisiva de poco más de 27 horas, visibiliza una labor que día a día se realiza por parte de los profesionales que atienden a miles de niños y niñas que, por una u otra razón, tienen que acudir a la Fundación para recibir atención integral.
Si bien es cierto, en nuestra región no contamos con una sede del instituto (tan necesaria por lo demás), la gente sigue queriendo a una institución que ha sido clave en poder mejorar la vida de muchos de quienes lo necesitan.
Como lo cuenta el periodista Fernando Ávila en su crónica, la convocatoria a las sucursales bancarias para efectuar el aporte o donación no fue alta como en otras oportunidades. Para quienes lo pudieron hacer, la transferencia electrónica fue fundamental para llegar a la meta. 32 mil millones de pesos, cifra altísima, pero se logró el objetivo.
En toda nuestra región hubo acciones tendientes a cooperar con tan noble causa. Atrás quedan las críticas -que nunca faltan- pues en estas pocas horas, nuevamente se habla sin divisiones de un tema que, de alguna u otra manera, nos toca a todos.
Tiempo atrás, en el partido que se jugó en el estadio El Teniente entre Universidad de Chile y Colo-Colo, un chico en silla de ruedas se acercó a la prensa apostada en las afueras del recinto deportivo. Declaró amablemente antes y después del partido. Pese a que aquel día su equipo fue derrotado, su sonrisa nunca cesó. Es más, dijo que todo lo que había logrado hasta ese instante se lo debía a la Teletón. Y ese mensaje, a quienes estábamos allí, nos llegó.
Por: Ricardo Obando, Editor.