- En la oportunidad, monseñor Guillermo Vera Soto compartió con los internos e internas y agradeció el servicio como capellán prestado hasta la fecha por el diácono Francisco Ferrada.
El obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto celebró en el Centro Penitenciario de Rancagua, la misa de Navidad que cada año la Pastoral Penitenciaria del Obispado de Rancagua ofrece para esta fecha.
Fue un hermoso momento el que vivieron los internos e internas, quienes después de la Eucaristía participaron en un compartir fraterno, En la oportunidad, el obispo agradeció el servicio como capellán de la cárcel de Rancagua, prestado hasta la fecha por el diácono Francisco Ferrada. Este también fue destacado tanto por los internos e internas como por Gendarmería. Francisco Ferrada seguirá sirviendo a la Iglesia desde otros ámbitos en Talca, hasta donde se trasladará a vivir junto a su familia.
La Pastoral carcelaria, compuesta por hermanos y hermanas que viven su fe acompañando a los internos seguirá realizando el apostolado que hace cercana la ternura de Jesús.
Concierto de Villancicos en Quinta de Tilcoco
Los niños y niñas que participan en la parroquia Asunción de María de Quinta de Tilcoco ofrecieron previo a la Misa de Navidad un Concierto de Villancicos.
Pastoral de Migrantes de Rancagua cuenta con nuevas dependencias
- Obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto las bendijo y agradeció el trabajo realizado, especialmente por las voluntarias.
El obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto bendijo las nuevas dependencias de la Pastoral de Migrantes del obispado de Rancagua, donde se brindará atención directa a las hermanas y hermanos extranjeros.
En la oportunidad, la hermana Claudia Lazcano, delegada episcopal de la pastoral, explicó que desde el año 2015 hasta el 2019 funcionaron en dependencias de la parroquia San Francisco de Asís de Rancagua. Sin embargo, debido a la pandemia y el cumplimiento de los aforos no fue posible seguir funcionando en la parroquia.
Frente a esta situación se inició la búsqueda de un lugar. Es así como se gestionó con las hermanas de la Congregación Buen Pastor el comodato del recinto ubicado en calle Sargento Cuevas 050, que en ese momento se encontraba desocupado.
La delegada episcopal destacó que las hermanas del Buen Pastor comparten la misión de la Pastoral de Migrantes a través de su carisma.
Durante la ceremonia de bendición, la delegada episcopal realizó un breve recorrido del trabajo desarrollado durante el tiempo de pandemia y que permitió atender de forma silenciosa a decenas de migrantes, incluso apoyar a los hermanos del norte, a través de INCAMI.
Un trabajo que busca por sobre todo dignificar a los hermanos migrantes. “Es un gran logro contar con un espacio digno para recibirlos, donde encuentran esperanza”, dijo la hermana Claudia Lazcano.
En ese sentido, el obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera Soto, agradeció el trabajo de cada una de las voluntarias, quienes dedican tiempo para aunar esfuerzos para entregar acogida, ternura y apoyo a los migrantes: “gracias por el trabajo que es un signo de esperanza”, aseveró durante la bendición.