A partir de esta semana, de acuerdo a lo instruido por la Circular IF/N° 396 de la Superintendencia de Salud, las isapres están obligadas a eliminar de la Declaración de Salud las preguntas relacionadas a patologías mentales o discapacidades psíquicas o intelectuales. Asimismo, se ordenó la prohibición de entrevistas que revelen estos diagnósticos.
En la misma línea, el documento decreta que, a partir del próximo 1 de marzo, y en virtud de la ley 21.331, “las isapres no podrán comercializar planes de salud que restrinjan la cobertura para las prestaciones de salud relacionadas con enfermedades mentales, discapacidades psíquicas o salud mental”, así como tampoco “estipular topes de bonificación y/o topes máximo año contrato por beneficiario menores que los establecidos para las prestaciones de salud físicas”.
El ministro de Salud, Enrique Paris, mencionó que “este es un avance importantísimo, porque le quita el estigma de la salud mental a los pacientes que sufren de ello”. “Cualquier persona que sufre por su salud mental va a ser tratada de la misma forma que aquella con problemas de salud física”, afirmó el titular de la cartera.
Por su parte, la doctora en psicoterapia y académica de la Facultad de Psicología de la Universidad San Sebastián, Ana Karina Zúñiga, argumentó que “las preexistencias respecto a ciertas condiciones de salud mental eran una discriminación completamente insostenible en el tiempo”, añadiendo que esta “es una medida que se estaba solicitando hace bastante tiempo por parte de los profesionales de la salud mental”.
“En Chile, la cobertura en salud mental ha sido bastante precaria. Si bien hay un plan nacional que ha mejorado significativamente respecto a prestaciones de salud mental, muchas veces no da abasto con las consultas”, opinó Zúñiga, además de asegurar que espera “que el sector privado dé un mayor reembolso y cobertura” a este tipo de atención.
En cuanto a los beneficios de esta medida, la profesional de la salud declaró: “Esto facilita un cambio en la sociedad que no es menor, que es no discriminar ni estigmatizar a las personas que tienen problemas de salud mental. Ahora vamos a poder ofrecerle atención y acceso a salud a quienes lo necesitan, pudiendo obtener así una mejor calidad de vida”.
Zúñiga establece que existe una discriminación generalizada por parte de la sociedad a quienes padecen estas patologías. Para avanzar en ese sentido, la académica de la USS sugiere “escuchar a los demás y no juzgar, ya que todos somos vulnerables en algún momento de la vida a padecer algún trastorno de salud mental”. “Contando nuestras experiencias podemos aprender a lidiar con las dificultades. No sirve de nada que sigamos reforzando estas pautas de conducta de mirar mal a una persona que tiene algún tipo de trastorno. No debemos mirarnos a partir de las limitaciones ni juzgar a la persona completa a partir de si posee o no alguna patología, porque ahí estamos viendo solo una parte segregada de la persona. Falta humanizarnos un poco más”, comentó.
Por último, al ser consultada sobre situaciones en las que un paciente debería buscar atención, la doctora entregó algunos ejemplos: “Cuando la persona siente que ha hecho todo lo posible y no es capaz de salir adelante o de solucionar su problema; cuando no puede lidiar más con la dificultad que se le está presentando; cuando siente angustia y no la puede manejar, o está teniendo dificultades para dormir, o si cada vez que consume alguna sustancia le genera conflictos y problemas con los demás; cuando siente que la vida perdió sentido; debe hablar con un terapeuta para recibir apoyo, consejería, un diagnóstico pertinente y la orientación en el caso de requerir ver a otro especialista”, explicó.