Por: Tomás Arcas
A las 9:00 horas de este lunes, en el frontis de la Delegación Presidencial, el ministro del Medio Ambiente, Javier Naranjo, dio a conocer junto al subsecretario (S) del Ministerio de Agricultura, Horacio Bórquez, y la directora nacional de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias (ODEPA), María José Irarrázaval, la aprobación de la Norma de Emisión de Contaminantes en Planteles Porcinos. Esta nueva normativa es la primera de estas características en el país y fue aceptada por todos los miembros del Consejo de Ministros para la Sustentabilidad.
El objetivo del mandato es el control y la prevención de emisión de olores en planteles porcinos con más de 750 animales a través de un alza en el estándar tecnológico por parte de las empresas. Este anuncio guarda estrecha relación con la Región de O’Higgins, ya que es la segunda región del país con la mayor cantidad de planteles porcinos, siendo superada únicamente por la Metropolitana.
“Queremos asegurar la salud y la calidad de vida de la población. Vamos a regular los 83 planteles existentes en materia de olores. Creemos que ha sido una norma muy esperada por la comunidad y viene a hacerse cargo de este contaminante invisible, que es el olor”, declaró el ministro Naranjo. El jefe de la cartera de Medio Ambiente añadió que “Chile no tenía norma, por lo tanto, los planteles traían normas internacionales para poder referenciarse”. En cambio, ahora “trajimos una norma muy similar a la holandesa; es decir, los mejores estándares de la Unión Europea, de los países desarrollados y de la OCDE los estamos poniendo en práctica en nuestro país”.
Específicamente, la normativa establece límites de olor para plantas pequeñas, medianas y grandes. “Debe haber cambios desde las prácticas operacionales hasta en las tasas de emisión y reducción de olores en los purines. Se pueden cubrir las piscinas, establecer biodigestores o cualquier otra medida que sea necesaria para bajar los olores, que serán regulados a través de la Superintendencia del Medio Ambiente”, comentó Naranjo.
Asimismo, el ministro puntualizó que la nueva norma aplicará tanto para los planteles existentes como para los nuevos, estableciendo un plazo de adaptación que fluctúa entre uno y dos años para los proyectos pequeños, mientras que en los grandes “la adecuación será muy breve, porque tienen topes tecnológicos que ya están en funcionamiento”. En el caso de las empresas que no cumplan con la normativa, las infracciones variarán de acuerdo al tipo de falta, las cuales se califican como leves, graves y gravísimas, pudiendo recibir desde amonestaciones por escrito hasta el cierre definitivo de planteles.
El subsecretario (S) del Ministerio de Agricultura, Horacio Bórquez, mencionó que, con la normativa, “la industria del cerdo, que es una muy grande y exportadora en Chile, se pone a un nivel que debe estar siempre”, haciendo hincapié en que “las nuevas estructuras tendrán que cumplir con estándar muy exigente”. Además, Bórquez admitió que el problema comenzó hace casi una década con el caso Freirina y que la normativa “puede que llegue tarde, pero lo importante es que la cumplamos”.
Por su parte, la directora nacional de ODEPA, María José Irarrázaval, expresó que la nueva norma de olores “es un paso muy relevante para el sector silvoagropecuario en general, que nos permite dar un equilibrio entre tres pilares fundamentales: el social, el económico y el ambiental, que son la base de la sustentabilidad del sector”.
Una vez terminado el punto de prensa, las autoridades se dirigieron a la planta La Ramirana de Agrosuper, donde recorrieron las instalaciones para conocer en terreno los mecanismos de abatimiento de olores de la industria.