No cabe dudas que, el fin de semana, en la región presenciamos dos hechos que llamaron la atención. El primero, claro está, fue la alerta de tsunami que se produjo en toda la costa del país tras la erupción de un volcán submarino en Tonga.
El evento que con su fuerza dio la vuelta al mundo, por lo que generó en el mar y también en el ambiente con la onda expansiva -provocó cambios de presión atmosférica- terminó siendo la noticia que acaparó la atención el sábado.
En nuestra región, y como lo destacamos en esta edición, las personas que se encontraban en las playas de Pichilemu, Navidad, Litueche y Paredones acataron a cabalidad el llamado de las autoridades en el sentido de abandonar la zona costera y ponerse a resguardo en zona segura. Lo anterior, afortunadamente, no causó pérdidas humanas.
Además, este acontecimiento también nos puso a prueba respecto a si las lecciones del 27F fueron aprendidas. Y sí, se actuó de acuerdo a lo señalado por la ONEMI y el SHOA, entidades que estuvieron a la altura, pues sus análisis fueron correctos.
El segundo y no menos importante tema es la pandemia. Parecía que el largo respiro de bajas cifras diarias en O’Higgins se alargaría más, pero no. El constante aumento de casos, gran parte de ellos con sintomatología, está generando preocupación en los entes relacionados con la salud.
Si bien es cierto, solo entre sábado y domingo los contagios alcanzaron los 435 afectados, totalizando en lo que va de enero más de 1200 personas que han sido alcanzadas por el COVID-19.
Estos altísimos números que no eran reportados desde junio pasado, cuando el peak mensual llegó a los 489 casos. Eso sí, la mayor cantidad de infectados por el virus se reportó en 9 de abril de 2021, con 502.
Hoy el crecimiento en afectación no se ha visto reflejada en hospitalizaciones, ya que la información oficial indica que en nuestra región hay 31 personas internadas.
Una emergencia fue superada, la otra nos sigue pegando y fuerte. A cuidarse, no queda otra.