- Con focos en el mundo campesino y los productores de alimentos, en medio de la crisis climática y emergencia hídrica, el exalcalde de Rancagua tiene claros sus desafíos. “Hay muchas almas en la agricultura y hay que juntarlas todas. Desde el productor tradicional, la agricultura campesina, los que aman las flores, los viveristas a los que defienden el bosque nativo. Ahí tenemos mucho que aprender, en cómo todos logramos una agricultura verde sustentable y diversa”, postula.
Por: Patricio Miranda Humeres / Fotos: Marco Lara
Han sido días agitados para Esteban Valenzuela Van Treek (FREVS). Su celular suena constantemente y viaja seguido a Santiago desde su casa en Machalí. Y es que desde su nombramiento como el próximo ministro de Agricultura, el periodista y doctor en Historia Contemporánea ha multiplicado las reuniones tanto con el comando de gobierno del Presidente electo Gabriel Boric como con los equipos de trabajo que ha comenzado a armar y las organizaciones relacionadas al agro.
Y es que el 11 de marzo asume como titular de la cartera y el camino ya lleva algunas semanas pavimentándose para que al momento de arribar, el trabajo continúe sin descanso.
De hecho, el mismo Valenzuela califica los días posteriores a su nombramiento como “muy de calle y muy de mateo, estudiando a profundidad el ministerio y los presupuestos”.
Con todo, el exalcalde de Rancagua aún se hace el tiempo para mantener algunas rutinas, como su visita mensual a La Vega de Baquedano o el estrecho contacto que mantiene con algunas dirigentas vecinales, como Zunilda Espinoza, histórica líder de la Junta de Vecinos de la población Irene Frei. “Estamos tan contentos. Lo importante es que nunca cambie”, le señala la mujer mientras le toma las manos.
Esa misma frase le repiten varias personas que lo reconocen en la calle, en negocios o en la misma Vega de Baquedano. “Me van a ver como me han visto todos estos años. Viajo en bus a Concepción y en bus y Metrotren a Santiago a reuniones. No voy a cambiar nada”, asegura el futuro secretario de Estado.
Previo a su nombramiento, usted sonó en varias listas pero en diferentes carteras, no en la de Agricultura ¿Cómo fue ese momento y asumir el desafío?
“Los ministros son articuladores de un área y hay servicios de una tremenda fortaleza institucional, profesional y técnica. Todo el mundo decía que yo probablemente iba a estar en la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere) porque he trabajado en eso, he impulsado la descentralización y estaba en el equipo de transición en esas áreas.
Pero el Presidente (electo Gabriel Boric) es sabio, confío en su sabiduría. Él me dio sus razones, que son bastante de fondo y bastante simples: hay que cumplir un programa, empujar una agenda y hacerlo con fraternidad y articulando a todos los actores, que es nuestra tarea fundamental.
Bueno y además de mis 35 años trabajando, he dedicado siete a proyectos de desarrollo rural, estudié eso en la Universidad de Wisconsin, donde está el centro que apoyó la Reforma Agraria en América Latina y son pluralistas y especialistas en eso. Así que nada, el Presidente es el que puede responder, pero me imagino que esos factores contribuyeron de alguna manera”.
¿Cómo enfrentó los cuestionamientos a horas de haber sido nombrado, que surgieron incluso desde personas de su mismo partido?
“Alejandra Sepúlveda es una parlamentaria que respeto muchísimo y que ha sido la persona y voz de la agricultura familiar campesina. Pero bueno, es respetable su opinión sobre lo técnico. Yo la respeto y la quiero mucho, le mando muchos cariños y nos vamos a encontrar, además, porque ella es una gran ruralista, una mujer muy consecuente y no tengo ninguna duda que vamos a trabajar particularmente por los campesinos, la seguridad alimentaria y la agricultura tradicional familiar campesina”.
También se hizo viral el juicio y la sanción en su contra por injurias contra la empresa de paltas ¿Cómo vio ese tema?
“Bueno, esta sanción fue con una persona, una empresa, que es Tralcán y lo digo porque no me gusta hablar en genérico. En el programa (donde realizó las declaraciones) hablé muy bien de los viticultores tradicionales de Colchagua.
Se puede apreciar en Colchagua, desde San Fernando hasta Palmilla, que la cordillera está intacta. Ese bosque de boldos, quillayes, y allí, como dice la ley, en pequeños lomajes se puede hacer plantaciones. No ocurre lo mismo en una parte del valle de Lolol, donde hay situaciones irregulares. Esta denuncia la comenzamos con Luis Castro, que me despertó para contarme que se había devastado el bosque con retroexcavadoras e inmediatamente como Bosques para Cachapoal, una institución ambiental de la cual soy cocreador junto a Patricia Segura, tomamos acción. El SAG se portó muy bien y dijo sí, aquí destruyeron madrigueras, flora y también afectaron espacios de fauna, de manera ilegal, pero estos señores siguieron, se escudaron en que tenían un plan de manejo de la Conaf.
Y aquí la propia diputada (Alejandra) Sepúlveda fue clave. Se creó una comisión investigadora en la Cámara y el Contralor General de la República determinó que ha habido decenas y cientos de permisos irregulares. Entonces que viva la fruticultura y nuestra exportación, pero cumpliendo las normas con corresponsabilidad, cuidado del agua, del bosque esclerófilo y con lo que es sagrado. Las personas comprendieron que fue en ese contexto”.
Los desafíos
Según cifras de la Organización Mundial del Comercio, Chile se posicionó sexto a nivel mundial entre los países exportadores de frutas. Cerezas, uvas, arándanos y nueces destacan en las frutas frescas y las manzanas, uvas y ciruelas deshidratadas lideran en los procesados, según ODEPA. Con todo, el actual escenario de crisis climática e hídrica preocupa.
“Hemos estado de cabeza con los equipos programáticos y también, por cierto, con el tema presupuestario. En un momento de escasez hídrica, donde tenemos dos tercios de las comunas con emergencia hídrica, con severos problemas para qué decir en APR, hemos tenido que estar en diálogo para tener márgenes de recursos para enfrentar este grave problema”, plantea Valenzuela.
Pensando en la gestión del 11 de marzo en adelante ¿Cómo se trabajará, cuál será el sello de la cartera?
“Creo que vamos a tener un triángulo que está en el alma nuestra y del Presidente Boric. Sencillez, sin subirse los humos a la cabeza, modestia. Apoyo absolutamente el compromiso que hay de rebajar los sueldos de los altos cargos del Estado.
Segundo, escuchar mucho y respetar, trabajar con equipos políticos técnicos serios, nada de clientelismos, cooptación, hegemonismos. Nada de eso. Vamos a trabajar como corresponde en un ministerio, escuchando mucho a las asociaciones de funcionarios, a los equipos, a los consejos que hay crear.
Y tercero, un sello de un viraje. Chile tiene que tener un viraje, estamos bajando la plantación de cereales, somos el segundo país de la OCDE con la obesidad más alta, hay un alza en el precio de los alimentos y eso hace que también, en el caso de la poca oferta de cereales y verduras, la gente se vaya a los carbohidratos. Entonces es todo un círculo vicioso. Y hay un mandato de sustentabilidad”.
Pero Valenzuela tiene claro que hay temas que también se zanjarán en espacios diferentes al ministerio y que serán clave para el desarrollo de la agricultura.
“Estamos en paralelo a una discusión constituyente que vamos a ver qué determina respecto al agua. Todo indica que esta idea del agua como bien público, territorial y ambiental va a prevalecer”, prevé el futuro secretario de Estado.
“Hay que salir de las trincheras, todos los actores. Todo el mundo a compartir la información de los acuíferos, a corresponsabilizarse, a no tener miedo de que exista un ordenamiento territorial y podamos decir que en una cuenca tiene crisis hídrica extrema, como el caso de Petorca, que no hay agua para los APR. Hay que revisar cuando haya planes de la Comisión Nacional de Riego, exigir elementos básicos, como revisar si los planes de manejo están cumpliendo las normas y también tener información de la capacidad crítica de las cuencas”, profundiza.
Y si hay conceptos que el exparlamentario repite durante sus intervenciones, son el diálogo y la fraternidad. Es por ese camino que busca llegar a los acuerdos que permitan avanzar, por ejemplo, en resolver los conflictos del monocultivo, pero haciendo respetar también la institucionalidad ambiental.
“Hemos tenido una gran virtud, que es convertirnos en una potencia mundial exportadora de frutas, pero hay algunos vicios que tenemos que corregir. Y me alegra que junto con las organizaciones campesinas, las cooperativas, los productores, apicultores y muchos actores, nos abramos a este sello de una agricultura más verde y plurinacional”, postula Valenzuela. “Tenemos que valorar la enseñanza del cuidado de la ganadería de los aimaras, miremos los sistemas de manejo del bosque y del avellano autóctono que hacen los mapuches. Valoremos en el ministerio la cultura y el turismo rural en serio”.
Y para eso, asegura, “se requiere paisaje y no solo un gran monocultivo”. ¿Cómo abarcar ese desafío? Valenzuela plantea el apoyo a los pequeños agricultores, a la agricultura familiar campesina y un cambio de mirada en la economía donde existan mercados estructurados de campesinos y artesanos: “Tenemos que ser capaces de todo eso con el trabajo mancomunado, cumpliendo los tres ejes del Presidente Boric. Más soberanía y seguridad alimentaria; Cuidado y responsabilidad en el agua; Y apoyo a la agricultura tradicional campesina. Tenemos que fortalecer ese sello plural del Ministerio de Agricultura”.
El agua, la madera y “las almas”
La escasez del recurso hídrico es un tema clave en el agro y que ha sido una dificultad importante para muchos productores. Ello, acompañado de los pronósticos que señalan que los años venideros serán cada vez más secos, complican el panorama en el agro.
“Va a haber una autoridad de agua que tiene que tener un encuentro multiactor, donde lo más importante es que se genere confianza entre los involucrados, para tener el Observatorio del Agua, claridad con los acuíferos, con las capacidades de las cuencas y con el cuidado del borde de los ríos, que acá lo podemos hacer también en acuerdo con las juntas de vigilancias, en temas como parques y bordes comunitarios”, plantea el futuro titular de Agricultura.
“Tiene que haber más recursos para los pequeños. Este año se cumplen las normas vigentes para el mejoramiento de suelo y vamos a hacer mesas de discusión de inmediato, para ver, entre todos los actores, cómo las nuevas disposiciones generamos fondos más robustos para el mejoramiento de suelo de los pequeños agricultores y de aquellos que generan alimentos, pero también de áreas como la floricultura, además de algo que es muy importante en el mundo, que es invitar a los municipios a que hagan compostaje en las ciudades y hagamos redes de huertos urbanos en serio”, explica Valenzuela.
La madera también es otro eje, que se cruza además con el déficit de vivienda en Chile. El también académico y director de Creasur asegura que ha estado en conversaciones con el próximo ministro de Vivienda y Urbanismo Carlos Montes, para que de la mano con el Instituto Nacional Forestal (Infor) y las redes de apoyo a la industrialización de la madera existan soluciones en conjunto, que aporten además a la generación de empleos y desarrollo.
“Tenemos que generar algo que es muy importante y que está en el programa del Presidente (electo Gabriel Boric), que la Reforma Tributaria también incluya una Ley de Rentas Regionales con el Fondo de Convergencia Estructural, que son recursos mayores a los sectores rurales. Entonces tenemos la responsabilidad de invitar a la industria extractiva, entender que viene un esfuerzo tributario entre todas y todos, para tener más recursos y terminar las brechas”, profundiza.
En esa misma línea, que Valenzuela plantea un sentido de unidad que quiere plasmar en la gestión de la cartera. “Hay muchas almas en la agricultura y hay que juntarlas todas. Desde el productor tradicional, la agricultura campesina, los que aman las flores, los viveristas, los que defienden el bosque nativo. Ahí tenemos mucho que aprender, en cómo logramos que las distintas almas y actores de quienes vivimos y amamos la tierra, logremos una agricultura verde sustentable y diversa”, sentencia.