La opinión de Manuel Polgatiz
Periodista y comentarista deportivo
Se acabó el partido y los Celestes levantan su brazos, empuñan las manos y se sacan la rabia contenida. En las gradas los hinchas saltan y se abrazan como hace mucho no lo hacían y esta vez no es para lamentar una dura derrota, sino, para disfrutar un triunfo justo y trabajado.
Allí entre la algarabía y los gritos, un niño admira la escena, mientras los jugadores corren hasta la galería 16 para firmar la paz con sus incondicionales seguidores. A los pocos minutos, el estadio explota con el añorado OHI-OHI-RA-RA, ausente e invisible pero querido y presente en jornadas pretéritas.
El menor continúa con su vista fija, por su mente transitan sueños y deseos y solo la contención de su padre impide que salte a la cancha para ser parte de la fiesta. En su asiento espera con paciencia, porque sabe con certeza que los jugadores más tarde que temprano pasarán cerca de sus narices.
Facundo Castro, figura del cotejo ante la UC, le hace un guiño y emprende rumbo a las duchas. Sin embargo, un moreno canterano de Machalí, con la 7 en la espalda, se saca la camiseta húmeda del triunfo y la deja caer en sus manos temblorosas.
En esos segundos eternos de emoción, atrás quedó el marcador y el juego inteligente del local para derrocar el tetracampeón. Se derrumbaron las barreras porque los ojos vidriosos del niño traspasaron la felicidad sincera e inocente. La casaquilla de Hormazabal se atora en su pecho y de allí nadie la saca.
No caben en él las palabras y solo se aferra a los brazos del progenitor para secar sus lágrimas. Esto es fútbol señores, esta es la vida misma representada en un juego que se disputa con los pies pero que se siente en el alma.
Sepan ustedes cómo un pequeño gesto, hizo feliz a hombre que recién comienza sus pasos. Acto notable e invalorable, que será perpetuo en la memoria selectiva del pequeño Jordi Pereira.
¿El partido? 2-1 merecido y reconfortante.
PD: El video de esta escena se encuentra disponible en el Instagram de la Trincheracelesteoficial.