Por estos días una propuesta de eliminar el IVA a los alimentos ha comenzado a circular, si bien no es primera vez que algo similar sucede hace años que ningún gobierno ha querido tocar el Impuesto al Valor Agregado, pese a que hay acuerdo que es un impuesto que afecta mayormente (en cuanto a porcentaje de sus ingresos destinados a su pago) a los más necesitados, es una recaudación que diariamente llega a las arcas del estado y que es una de las formas que a su vez más recauda. Situación claramente compleja cuando también es consenso que nuestro país necesitará mayores ingresos.
Hablando desde el sentido común, no tanto de la Economía -ya vendrán los técnicos a poner los números necesarios para refinar una proposición- partimos de la base que el IVA lo pagamos todos, sin importar edad, sexo, o cualquier otra condición. Esto cuando compramos pan, cuando paramos la olla, por eso en algunos países existe lo que se llama IVA diferenciado, así por ejemplo los productos de la canasta básica debiesen tener un IVA cercano a 0, posteriormente los bienes culturales o educativos que tanta faltan nos hacen un valor de impuesto algo mayor, así impresos -libros, diarios, revistas- un IVA de un 3 o 5%, así hasta llegar por ejemplo a un collar de diamantes con un IVA de un 50% o más, es decir un verdadero impuesto al lujo. Así, el IVA diferenciado permite beneficios significativos para los consumidores, significa que quienes utilizan la mayor parte de sus ingresos en cubrir sus necesidades básicas paguen menos, y quienes consumen productos considerados un lujo paguen más y al mismo tiempo no afectar la recaudación fiscal e incluso ampliarla gravando bienes suntuarios.
Habrá que sacar bien los cálculos, debatir que productos entran en que categorías, pero esta es una solución que ya varios países del mundo han adoptado y que sería bueno al menos estudiar. De implementarse, además, traería un efecto en los productos básicos inmediato, notándose una baja en su precio.
Luis Fernando González Vallejos
Sub Director