- Con el riesgo latente que se origine un incendio, sumado al olor nauseabundo que ronda en el lugar son solos algunas de las problemáticas que vecinos de la casa ubicada en Calle Valencia al llegar a Avenida Illanes tienen que soportar hace casi diez años.
Por: Mariel Fernández Moris
Fotos Marco Lara
En “estado de escasa salubridad y abandono” así define la situación actual de S.R.C nombre que mantendremos bajo reserva, la presidenta de la Junta de vecinos del sector, Edith Caro. Nos señala que está desde el año 2010 a la fecha en ese cargo y nos cuenta, además, que en innumerables ocasiones ha concurrido a la Municipalidad de Rancagua a través del Centro de Desarrollo Comunitario con el objetivo de poder ayudar a mejorar la calidad de vida de quien es su vecino destacando junto con ello su “labor vocacional que la ha llevado desde siempre”, dice.
Desde esa línea, plantea que “yo no sé cómo este hombre entra a su casa, más encima estuvo un hermano viviendo con él, pero en esas condiciones difícil mantenerse ahí y él no hizo nada por ayudarlo”. Nos da a conocer que él se dedica a “recoger fierros para luego venderlos”.
Finaliza diciendo que, “quizás le saquen todo, pero va a terminar haciendo lo mismo haga lo que se haga, eso no se les quita. Yo he hecho todo lo que he podido”.

Como medio, nos comunicamos con la Ilustre Municipalidad de Rancagua mediante la Oficina del Adulto mayor para saber del proceso y en que está actualmente la denuncia interpuesta por la representante vecinal. En primera instancia nos mencionan que, en diciembre pasado, la Oficina de Protección al Adulto mayor hizo la visita respectiva al lugar y así poder recoger la información, pero la persona en este caso no quiso sacar sus pertenencias por voluntad propia ante lo cual fue derivado al Centro de Salud Familiar cuatro de la ciudad donde se pudo evidenciar problemas mentales de quien vive en aquel lugar. Pero existió otro problema al momento de su derivación puesto que el hombre no tiene una ficha de salud respectiva y tampoco cuenta con un registro social de hogares.
Por último, en segunda instancia a través de una declaración pública que recibimos por parte del municipio nos dan a conocer todas las directrices de la situación en particular y lo que se debe hacer si un vecino o vecina sufre de mal de Diógenes.
“Legalmente el municipio no tiene la facultad de intervenir en una propiedad privada sin consentimiento de su dueño o habitante, pues estamos frente a una persona sujeta a derechos y así lo determina el principio de autonomía de la voluntad contenido en el Código civil”. Por otra parte, hay que “puntualizar que el mal de Diógenes es un problema de salud mental y por consiguiente su abordaje es pericia del área de salud. Sin embargo, la intervención de este problema considera despeje multisectorial, que involucra al cesfam (a través del despeje como patología), oficina de acción sanitaria (fiscalización) y municipio (encargado del retiro de acumulación una vez exista autorización de ingreso al inmueble afectado)”.
“Durante este año, la Oficina de Protección al Adulto Mayor tiene en proceso de intervención alrededor de 20 casos graves de acumulación. Algunos han tenido intervenciones exitosas en donde se han logrado acuerdos, otros sin embargo son repetitivos en el tiempo y han requerido ser abordados nuevamente (se logra limpiar y luego vecinos vuelven a denunciar generándose una dinámica cíclica en relación con el problema).
Finalmente “si un vecino o vecina tiene mal de Diógenes o acumulación puede denunciar a la Municipalidad o a la Oficina de Acción Sanitaria (Seremi de Salud)”.