Es común oír de parte de quienes son más creyentes la palabra ‘ayuno’ durante estas fechas. Lo cierto es que, en términos generales, es difícil identificar el comienzo de esta tradición. Sin embargo, se trata de una costumbre de larga data. Existe evidencia de que ya en la antigua Grecia era una práctica que se llevaba a cabo. En Sudamérica, en tanto, algunas tribus precolombinas también se privaban de algunos alimentos con el objetivo de ofrecer aquel sacrificio a los dioses.
En la actualidad el ayuno se encuentra presente en buena parte de las religiones. En el islam, durante el Ramadán, que dura entre 29 y 30 días, los creyentes eviten beber y comer durante el día. También se abstienen de fumar y tener relaciones sexuales. Una vez que el sol se pone, el ayuno concluye. Los niños, las mujeres embarazadas, las mujeres que amamantan y algunos deportistas de alto rendimiento, quedan exentos de llevar a cabo el ayuno.
Para el judaísmo, que tiene varias festividades religiosas en las que se aplica el ayuno, la más importante es el día del perdón. Durante esa jornada los judíos ayunan durante 24 horas. Se abstienen, por tanto, de comer, beber, fumar y tener relaciones sexuales. También está prohibido manejar, trabajar o maquillarse. Durante ese día solo funcionan los servicios de emergencia, mientras que los más creyentes pueden pasar el día completo en la sinagoga.
El hinduismo y el budismo también cuentan con prácticas de ayuno.
¿Y el cristianismo?
Para los cristianos el ayuno tiene sus raíces en la Biblia. ´ ¿No es acaso el ayuno compartir tu pan con el hambriento y dar refugio a los pobres sin techo, vestir al desnudo y no dejar de lado a tus semejantes? Si así procedes, tu luz despuntará como la aurora, y al instante llegará tu sanidad’ se puede leer en Isaías 58: 7-11. También está relacionado a los 40 días que Jesús pasó en el desierto, durante los cuales rezó, ayunó y fue tentado; su espíritu se habría fortalecido una vez vivida esta experiencia; y con la prohibición a Adán y Eva de comer la manzana.
¿Pero cuál es el significado actual?
La iglesia ha practicado el ayuno desde el siglo IV. Según ACI, se trata de una forma de ayudar a la oración y purificar el cuerpo y consiste, más bien, no en la prohibición de comer, sino que en limitar los platos a uno al día.
Cuidado con los ayunos falsos
El ayuno eclesiástico que cumplen los católicos en Semana Santa y que implica abstenerse de comer carne, consumir únicamente líquidos o hacer una comida al día, permitiendo lacticinios (lácteos), huevos y productos de grasa animal, puede ser beneficioso para el cuerpo si se efectúa adecuadamente, según el Instituto Médico Europeo de la Obesidad (IMEO).
Algunos de los beneficios del ayuno consisten en propiciar el proceso de eliminación de toxinas y la depuración orgánica y en ayudar al sistema linfático, el intestino, el hígado y los riñones a realizar mejor sus funciones, según los expertos del Instituto (https://imeoobesidad.com) .
Sin embargo, «el ayuno en su versión estricta (a base de líquidos) o moderada (realizando una sola comida al día, siendo el resto dieta líquida) no se puede tomar a la ligera y requiere de ciertos conocimientos nutricionales», explica el dietista y experto en nutrición Rubén Bravo, portavoz del Instituto.
En concreto, debe asegurar un aporte calórico mínimo razonable, que debería ser de entre 1.000 y 1.100 kilocalorías (Kcal) diarias, a base de proteínas, grasas saludables, fructosa, vitaminas y minerales, evitando prolongar el ayuno durante más de 48 horas, según Bravo.
En este sentido, ayunar «es desaconsejado para las personas con salud más frágil, embarazadas, lactantes, menores de edad y mayores de 65 años, por el riesgo de provocar deshidratación, desórdenes metabólicos o síntomas de debilidad», advierte.
Por otro lado, los especialistas del IMEO observan que en la práctica existe un tipo de ‘ayuno falso’ que normalmente consiste en no comer carne a lo largo del día, pero en cambio ingerir una abundante cantidad de otros manjares, como platos con bacalao o potaje de garbanzos, así como buñuelos y torrijas (también llamada torreja o tostada francesa), entre otras recetas.
«En el contexto de los excesos gastronómicos que por tradición acompañan la Semana Santa, existe el riesgo de consumir casi el doble de calorías en una sola semana, lo que puede contribuir a un aumento de peso de entre 1 y 2 kilos», según explican.
En este caso «el problema no es solo la elevada ingestión calórica, sino también que una gran parte de ese exceso de calorías ingeridas procede de azúcares, harinas refinadas, mantequillas y alcohol, por lo que el peso que habremos ganado habrá sido en forma de grasa prácticamente en su totalidad», argumenta Bravo.
EL «FALSO» AYUNO.
Carmen Escalada, nutricionista clínica del IMEO señala que un ‘falso ayuno’ se parece más a una ‘fiesta gastronómica’ que a un ayuno estricto o moderado, los cuales podrían ser saludables sin influir en el aumento del peso corporal.
Este tipo de práctica se centra en recetas de la cocina tradicional muy elaboradas, que incluyen primero y segundo platos y postre, las cuales implican un elevado aporte calórico, aunque la carne “brille por su ausencia” en esos platos, según Escalada.
Pero “el hecho de no introducir carne en nuestro menú no significa obligatoriamente que estemos tomando una comida más ligera; además a veces el ayuno se malinterpreta como una manera de ‘hacer dieta’ tras unos días de excesos gastronómicos y celebraciones”, según Escalada.
CLAVES PARA NO EXCEDERSE EN LAS COMIDAS.
Para disfrutar de la gastronomía manteniendo la moderación, el equipo de nutricionistas del Instituto recomienda…
… Hacer cinco comidas al día (Comer con más frecuencia, pero menos cantidades nos ayuda a elegir mejor lo que comemos, así como evitar caer en los atracones de comida, la pesadez estomacal y una ingestión calórica excesiva).
… Optar por recetas caseras (Así sabremos lo que estamos comiendo y también podremos reducir las calorías, sustituyendo los alimentos poco saludables por otros mejores en términos nutricionales).
…Planificar los menús (Saber de antemano qué vamos a comer cada día nos ayuda a calcular las raciones y evitar que sobre comida. También es recomendable evitar servirnos la comida en platos muy grandes o hacer sobremesas sin retirar la comida).
…Reducir el consumo de alcohol y refrescos (Cada gramo de alcohol aporta 7 Kcal. Lo ideal es reducir su consumo, optando por bebidas de baja graduación como el vino tinto y evitando las ‘copas digestivas’ después de la comida. El agua es la mejor opción, ya que los refrescos contienen mucho azúcar y aditivos, además de gases que dificultan la digestión).