De todas las fallas y panas del vehículo, las filtraciones en el cárter requieren atención porque si no se resuelven a tiempo, podría provocar la pérdida total del motor si se sigue conduciendo.
Si va manejando y siente un fuerte golpe por debajo del auto, ya sea por una piedra o un hoyo en el camino, quizás sea prudente que en los minutos siguientes preste atención a las señales, o incluso, detenga la marcha en un lugar seguro para revisar por abajo si hay alguna filtración, pues si detecta que está goteando aceite debe detener el motor para no arriesgar su vida útil.
“El cárter es una pieza clave del motor, es donde se deposita el aceite. Dependiendo del modelo y del año, esa parte del motor queda más o menos expuesta a los golpes por debajo del chasis. Un golpe muy fuerte –con una piedra o cuneta– podría perforar el cárter, generando una filtración parcial o total del lubricante; una falta de aceite que en pocas horas fundiría el motor. La única solución en este caso fatal es una costosa reparación o reemplazarlo por un motor nuevo” señala Justo Verdejo, subgerente de ventas industriales de lubricantes Shell.
Afortunadamente, si se detecta a tiempo el arreglo es bastante sencillo de realizar, pero requiere llevar el vehículo en grúa hasta su taller de confianza, ya que si el nivel de lubricante no es el adecuado aumentará la fricción y el calor dentro del motor. El lubricante del motor es el líquido más importante del vehículo y se recomienda revisar el nivel del aceite constantemente para mantener su óptimo funcionamiento. Si el motor tiene un elevado nivel de aceite, este se calentará de manera excesiva y se quemará aumentando depósitos en la cámara de combustión, acortando la vida del catalizador. Otro problema, que genera el exceso de aceite es una excesiva aireación y la respectiva formación excesiva de espuma y pérdidas de presión. «En el caso contrario, cuando tiene poco aceite genera mayor desgaste de los componentes por falta de lubricación y aumento excesivo de temperaturas. Además, es muy importante siempre seguir las recomendaciones del fabricante del vehículo respecto a viscosidad y especificaciones requeridas del lubricante”, explica.
La tendencia actual del mercado apunta a utilizar lubricantes sintéticos de bajas viscosidades. Estos aceites son capaces de soportar el elevado estrés que provocan las nuevas tecnologías para equipos más eficientes, que enfrentan cada vez estos componentes críticos de los vehículos.
Esto se debe a que los motores son más modernos y son cada vez más pequeños, pero con mayor potencia, con espacios cada vez más estrechos que le restan al lubricante el tiempo para reducir temperatura; sobrecarga donde sólo puede rendir bien un producto eficiente.