Por su tamaño esbelto, el templo de la parroquia San Nicodemo destaca junto a la plaza del pueblo. Coinco conserva el diseño de los poblados anteriores a la llegada de los españoles, con calles serpenteantes, no en cuadrícula, en torno a un eje que está en la plaza. Sus calles están demarcadas por construcciones de fachada continua, algunas con corredores a la calle.
Sus habitantes mapuches originarios recibieron la invasión inca que les aportó herramientas y técnicas agrícolas novedosas. Aquí se instaló la autoridad inca. Con la llegada de los españoles el imperio inca declinó hasta desaparecer, sin embargo sus huellas culturales quedaron.
Este templo es una nave única de gran volumen rectangular, originalmente coronada por una torre campanario, de tres cuerpos, que “le otorga jerarquía al sencillo volumen de la Parroquia. Está construida en madera presenta una pequeña inclinación debido al terremoto de 1985”, dice el decreto n° 15 del 27 de enero de 2009 que declara monumento nacional en la categoría de monumento histórico a este templo, juntos a otros edificios de la Región. Actualmente esa torre ha perdido su tamaño, está caída y no tiene la expresividad de su diseño original.
Fue construido hacia 1863 cuando era viceparroquia, dependiente de la parroquia de El Olivar. En esos años, vecinos de Coinco hicieron gestiones que culminaron cuando el Arzobispo de Santiago, Rafael Valentín Valdivieso, el 18 de agosto de 1871, erigió la parroquia de Coinco, dedicada a San Nicodemo, desmembrándola de la parroquia de El Olivar. Entre otras consideraciones para esta decisión, estaba el hecho de que ya contaba con una iglesia, casa parroquial y cementerio.
El templo ha sido el centro de la vida religiosa de la mayoría católica de los habitantes de la parroquia. Con el terremoto de 1985 sufrió severos daños que obligaron a reforzar su estructura y sostener su torre con una armazón metálica. En 2010, nuevamente un devastador terremoto en febrero de ese año, le provocó daños que obligaron a cerrarlo por el riesgo que implica su estado. También quedaron afectadas las salas pastorales y oficinas.
Ya en 2013 la Dirección de Arquitectura presentó al Consejo de Monumentos Nacionales un proyecto para el diseño de la restauración del templo. En diciembre del 2015 ese Consejo autoriza con observaciones la ejecución del diseño presentado. Postulado para su financiamiento ante el Gobierno Regional, después de superar diversas dificultades y trámites, el Consejo Regional de O’Higgins aprobó, el 20 de agosto de 2019, un monto de casi $ 2.6 mil millones para ejecutar el proyecto de restauración.
La Dirección de Arquitectura del MOP-O’Higgins ha hecho dos llamados a licitación sin éxito, por lo que el proyecto aún no se puede ejecutar y el pueblo mantiene este macizo y destacado templo sin uso, en condiciones precarias, en creciente deterioro, provocando la tristeza de sus habitantes y el dolor originado en 12 años de trámites sin frutos.
Roberto Urbina A.