Lamentables informaciones durante el fin de semana en nuestra región. Las carreteras otra vez se tiñen de rojo producto de accidentes vehiculares que cobraron la vida de cuatro habitantes de nuestra zona.
Si bien es cierto, las causas de tan tristes hechos deben ser investigadas por los organismos pertinentes, debemos tomar conciencia respecto a cómo conducimos por las diferentes vías de ciudades y otras arterias que comunican a las comunas.
Lo primero que hay que decir es que, siendo conductor, uno trata de respetar las leyes del tránsito, pero en varias ocasiones, nos pasamos de la raya. Exceso de velocidad, adelantamientos de manera imprudente, y más. Son varias las acciones que todos, en mayor o en menor medida, alguna vez hemos realizado.
En este último tiempo, desde el Estallido Social y con pandemia incluida, la conducción -quizás producto de lo que vivimos en el día a día- nos está llevando a cometer infracciones y al no respeto de la normativa. Muchas de estas conductas, claro está, no son sancionadas pues para toparse con un control policial, hay que tener una suerte de aquellas.
En la Ruta Travesía, por ejemplo, al ser autopista urbana, la velocidad máxima son 80 kilómetros por hora. ¿Cuántos respetan aquello? Pocos, muy pocos.
Lo segundo que se debe señalar es que, no se necesitan controles para que quienes conducimos cumplamos con las normas. Así debiera ser siempre. Y justamente, si no nos apegamos a la normativa, muchas veces se puede producir un accidente con diversas consecuencias, algunas veces fatales, como lo vimos este fin de semana.
Y esto no es para tomarlo a la chacota, si no nos cuidamos, si no nos preocupamos de cómo estamos transitando por las calles, caminos y carreteras de la región, puede llegar a ser tarde, muy tarde.