Las cifras son elocuentes, las filas también. La vacunación contra el Covid-19 en la región avanzaba a buen ritmo, pero algo pasó en el camino.
Los esfuerzos que han realizado los equipos de salud primaria para poder llegar al mayor número de usuarios posible ha significado que dicho trabajo haya dado frutos por meses. Eso sí, en las últimas semanas y pese a las filas existentes en muchos vacunatorios, es bastante el público objetivo que no ha recibido la correspondiente vacuna.
En todos los tonos la autoridad del ramo ha manifestado que se hace necesario concurrir para ser vacunado. No es cuestión de que se aceptó el no uso de mascarillas en lugares públicos para dar por terminada la pandemia.
La situación sanitaria que vivimos desde comienzos de 2020 sigue tal cual, frágil, donde el equilibrio se puede romper en cualquier instante. En un abrir y cerrar de ojos los números diarios de contagio se dispararán, mismo caso para los internados en centros asistenciales complicados por acción del virus.
Como lo expresamos en esta edición, solo el 27 por ciento de los habitantes de la región ya tiene la cuarta dosis. Muy distinto al casi 81 por ciento que recibió la tercera inoculación.
Eso sí, los números sin duda que mejorarán en las próximas semanas. La información dada a conocer esta semana de que a partir del 1 de junio se bloquearán los pases de movilidad de quienes no cuenten con el segundo refuerzo transcurrido seis meses desde la última dosis, llevará a muchos a hacerse el tiempo y concurrir por su vacuna.
A esta altura de la pandemia, cuando justamente empezamos a entrar a los días más fríos del año, se necesita de que la mayoría pueda estar inmunizado. Será la única manera de cuidarnos entre todos, mensaje que se ha repetido insistentemente en este escenario pandémico en el cual estamos inmersos.
Ricardo Obando.
Editor.