¿Qué artículos destacaría, porque cambiarían radicalmente la vida de las personas?-
Principalmente los que tienen relación con la consagración de los derechos sociales: Educación, salud, trabajo, seguridad social, vivienda y deporte. No hablamos sólo de la adaptación y mejora en la redacción de algunos derechos considerados en la actual carta magna. Pasaremos de un Estado subsidiario a uno social y democrático de derecho. Uno que garantice los derechos sociales de las personas.
¿Hay algunos de éstos que no tienen mayor relevancia y que podrían ser eliminados antes de su redacción definitiva?-
Ningún artículo es menos relevante o importante que otro. El filtro de qué era importante consagrar en esta propuesta lo realizó el pleno de la Convención, que definió que un total de 499 elementos, derechos y directrices de Estado, son de relevancia para el país. Esto se logró a través de una amplia mayoría.
Respecto al trabajo que se realiza en la Comisión de Armonización, su función es velar por la concordancia y coherencia del texto. Esto no solo tiene un alcance gramatical, de ortografía y de estilo, sino que también de forma.
Nada puede partir de cero. Por lo mismo, ¿cuánto de la Constitución de los 80s hay en esta nueva redacción?-
Esta constitución nace de las demandas ciudadanas, de nuestros dolores como pueblo de Chile. Pero, también reconociendo nuestras raíces, nuestra identidad y nuestra larga historia constitucional chilena. Por eso, en el borrador, se encuentran consagradas las libertades y derechos clásicos tales como: Libertad de culto, de conciencia, de expresión, el derecho de propiedad, entre otros.
Mantenemos instituciones que han estado presentes en la historia republicana y que han respondido a la ciudadanía, como la Contraloría, el Banco Central como órgano autónomo, el Poder Judicial con algunas reestructuraciones, así como los Gobiernos Regionales y Municipios.
Para la gran mayoría, Chile es una nación unitaria, y ven en el término “Plurinacionalidad” una amenaza para esa condición. ¿Lo es?
Lo unitario en Chile es el Estado, que es la organización jurídica y política. No así la nación, que es un conjunto de personas unidas por costumbres, cosmovisiones, lengua, etcétera.
Decir que Chile ha existido siempre como una nación unitaria es desconocer la existencia de las otras naciones que perviven, desde hace siglos, en el país; y su reconocimiento no es sinónimo de fraccionamiento del Estado.
Por otro lado, hay una reforma de Estado Regional, donde se mantiene la estructura de un solo Estado. Pero se abren mecanismos de autonomía regional, en pos de favorecer el desarrollo y descentralización.
Lo importante es dar a conocer que el reconocimiento de las naciones preexistentes no pasa a llevar la identidad de quienes se sienten chilenos, sino que otorga reconocimiento a quienes viven sus costumbres como mapuches, aymaras o quechuas.
Esta misma plurinacionalidad ¿impactaría también en la burocracia del país?
La burocracia no se remite a la cantidad de instituciones que tenga el Estado, sino que a cuánto se moderniza el mismo. Tener instituciones muy acotadas dificulta elementos de conectividad y acceso, por ejemplo. Llevado al tema del pluralismo jurídico, asociar los mecanismos de resolución de conflictos históricos a burocracia es un error. Acercándonos también al tema de las instituciones del Estado, quiero insistir en que Chile seguirá siendo un único Estado, por lo que no hay razones de duplicar o engrosar la burocracia del Estado, solo por el reconocimiento de otras naciones.
¿Qué consecuencias en la fraternidad y el entendimiento entre los chilenos podrían originar las leyes especiales para pueblos originarios?
No hay «leyes especiales» para nadie. Lo que encontramos es una norma jurídica que promueve el reconocimiento de los pueblos originarios y que cerca, a ellos, derechos que antes eran obviados. Me parece que los efectos que pudiese tener una Constitución con óptica inclusiva hacia los pueblos originarios debiesen ser, principalmente, para destrabar los conflictos históricos que ha tenido el Estado con éstos.