El 16 de julio de 1944, fue colocada y bendecida la primera piedra del Templo Votivo de la Virgen del Carmen, que se levanta en Maipú. Se comenzaba así el cumplimiento de una promesa hecha por el Director Supremo General don Bernardo O’Higgins, antes de que se terminara la Guerra por la Independencia del país.
Dicha promesa fue pronunciada públicamente en la Iglesia Catedral de Santiago, en una Misa solemne. Expresaba que en el sitio en donde se efectuara la batalla final que decidiera la victoria en favor de las armas chilenas, se erigiría “un templo que fuera monumento de la piedad filial y de la gratitud de Chile a la Celeste Protectora de nuestras armas”.
Como todos los chilenos sabemos, esa batalla trascendental fue la que se libró el 5 de abril de 1818 en Maipú.
Ya en el año anterior, el Libertador y Director Supremo, acompañado del General San Martín y de todas las altas autoridades patriotas, estuvieron presentes en una gran ceremonia religiosa en el Templo de San Francisco, en Santiago, en donde se realizó la bendición de la primera bandera chilena con su nuevo diseño, que permanece, con los colores blanco, rojo y azul. Sobre este último está la estrella de color blanco.
La bandera fue llevada el día anterior hasta el templo, con una escolta militar y colocada sobre el altar mayor, manteniéndose durante toda la noche con turno de escoltas, hasta la ceremonia. Tras el acto solemne, frente al templo se realizó un desfile militar con el Regimiento Nº 1 Buin y el Batallón Nº 8, Los Andes.
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