La campaña “Abrigando Corazones”, que reunió los aportes solidarios de trabajadores (as) propios y de empresas colaboradoras, cumplió su objetivo y llevó ropa de invierno y pañales a 20 niños y 24 adultos mayores residentes en el hogar del Pequeño Cottolengo de Rancagua.
Eva Rojas, asistente de la Gerencia de Plantas y coordinadora de la iniciativa, aseguró que “estamos felices y agradecidos de todos los trabajadores (as) porque además de los molineros se sumaron a la campaña jefes y tenientinos (as) de otras áreas. Se reunieron los recursos que permitieron cumplir con el compromiso que nos habíamos establecido”, dijo.
«Como empresa debemos ser responsables con nuestra sociedad y el voluntariado es parte de las acciones solidarias que surgen desde los mismos trabajadores (as). Las molineras y molineros conocieron necesidades existentes en el entorno, se organizaron y apoyaron a esta institución”, explicó Cristián Sanhueza, director de Desarrollo Comunitario de El Teniente.
Marcela Herrera Videla, directora técnica del Pequeño Cottolengo, contó que «para nosotros, los recursos nunca están demás. Somos una fundación sin fines de lucro y, por lo tanto, los recursos son acotados, porque lo que estos apoyos refuerzan mucho la labor que realizamos. Estamos contentos y con ganas de que conozcan y que sean parte de esta comunidad”.
“Para nosotros es gratificante aportar un granito de arena, llegar a aquellas instituciones donde existen necesidades y representar a todo el equipo de la Gerencia de Plantas”, agregó María Soledad Ortega, analista especialista.