Por: Ximena Mella Urra.
Para cualquier mujer trabajadora la profesión no es una ventaja. Para superar la brecha de género en el campo laboral, especialmente en profesiones que por años han sido “masculinizadas”, es necesario entre otras cosas, barrer con los estereotipos culturales y plantear esquemas nuevos desde temprana edad, desde los estudios. Pero, es necesario también, plantearlo desde las empresas e instituciones. Muchas de ellas ya están trabajando por una mayor paridad así como también de conciliación con la vida familiar, como parte de su cultura organizacional.
Un ejemplo de ello es lo que ha vivido hace 24 años en la empresa ESSBIO, Pilar Poblete, quien desde hace 16 se desempeña como Jefa del Departamento de Nuevos Clientes. De profesión Ingeniera en Proyectos de Ingeniería de la Universidad Federico Santa María, estuvo al menos ocho años desarrollándose en otras áreas de la empresa hasta obtener su cargo actual. “Nuestro objetivo es la incorporación de nuevos clientes en la región de O’Higgins, desde la etapa de factibilidad de servicio, aprobación de proyectos domiciliarios y públicos, inspección, recepción, enrolamientos del servicio de agua potable y alcantarillado de aguas servidas”, nos detalla.
La profesional argumenta que su puesto es desafiante, pero a la vez enriquecedor y gratificador. Asimismo, esto le ha permitido vivir otras experiencias, como por ejemplo representar a la compañía en el gremio de la Cámara Chilena de la Construcción (CCHC). “En la empresa han sido generosos en el apoyo para cumplir este rol y han depositado gran confianza en mí. He sentido el espaldarazo cuando me han invitado a sumarme a nuevos desafíos”, resume Pilar.
A su juicio, la brecha de género en el campo laboral aún existe, no solo en la ingeniería sino que en todo ámbito. “En este país, acceder a cargos de toma de decisiones o claves en las empresas, es muy difícil para las mujeres y son ocupados por hombres. A la mujer solo se le atribuye aspectos de la vida, como criar, educar, labores de casa, etc. Eso no está mal, son actividades muy nobles pero debemos entenderlas como un área más de la vida y proporcionar las posibilidades para que esas mujeres puedan compatibilizar su propio desarrollo, al igual como lo hacen los hombres”, opina nuestra entrevistada.
Afortunadamente, prosigue, “los jóvenes o las generaciones lo están comprendiendo muy bien. Para acortar esas brechas debemos comprender que por razones de justicia las mujeres tenemos derecho a ser quien queramos ser y tener la libertad y facilidad. Nadie puede desconocer que a la mujer le ha costado enormidad posicionarse y dignificarse. Por eso creo que la educación es clave y hemos estado al debe, pero reconozco el avance, pero aún falta mucho por hacer”.
MUJERES EN LA INGENIERÍA
-Entre las mujeres ingenieras, ¿cuál es el plus o potencialidades que tienen?, y ¿pueden representan liderazgo entre sus pares?
Las mujeres realizamos un aporte importante, distinto y complementario al del hombre y eso es transversal a cualquier profesión, es decir, creo y sostengo que debemos estar presentes en la toma de decisiones, sobre todo por la mirada que poseemos. El liderazgo de las mujeres se ha ido ganando y hemos tenido que demostrarlo, muchas veces con mayor esfuerzo y dedicación que los hombres. La mujer durante siglos fue relegada a un papel en el que la libertad para escoger no existía para nosotras. Claramente el aporte que hemos hecho, no sólo en lo laboral, sino que en la historia de la humanidad es indiscutible.
-¿Cómo cree Ud. que se puede incentivar a que más mujeres se integren a la ingeniería, en el mundo académico y laboral?
Ha sido en forma paulatina, cuando las mujeres han decidido realizar el cambio y con ello se ha ido incentivando “a que si yo puedo, tú también puedes”. Entonces, el incentivo está dado por decirle a una mujer que puede, la sociedad toda debe hacérselo sentir, respaldarla y entregarle herramientas. Por eso las políticas que refuerzan el rol de la mujer, tienen una razón de ser. Lo anterior debe ir de la mano, obviamente, con el rol fundamental que cumplen padres, madres, o quien tenga la labor de criar, educar, etc. o desde temprana edad. Ya no se concibe que la mujer vuelva a ser reducida y a desarrollarse en un aspecto de la vida, o que deba obligadamente escoger carreras que tradicionalmente han sido destinadas a mujeres. Cuando alguien cambia el rumbo y decide hacer algo diferente, como por ejemplo entrar a estudiar una carrera dominada por hombres, está abriendo la puerta para que otras puedan pasar.