Desde el día 6 de junio Chile se encuentra en la recta final ante el plebiscito de salida para votar apruebo o rechazo a una Nueva Constitución para el país. En este momento histórico, se hace vital el rol, responsabilidad y el poder simbólico de los medios de comunicación en la cobertura informativa de ambas campañas, y como consecuencia, en la opinión pública sobre ellas y el resultado final de la votación.
En este caso, como ciudadanos, es relevante recordar las tres principales rutas que tomamos hacia la información sobre los hechos que están pasando en nuestro alrededor: primero, nuestras experiencias personales, lo que hemos vivido o experimentado; segundo, nuestra comunicación interpersonal con amigos, familiares, conocidos, etc; y tercero, la información publicada por los medios de comunicación.
Los medios de comunicación son una de las principales fuentes de información y a su vez son uno de los principales productores de la realidad social como experiencia colectiva a través de la (re)producción, construcción y legitimación de creencias populares. De este modo, los medios de comunicación poseen un gran poder e influencia sobre la opinión pública, definiendo de diversos modos, las temáticas y asuntos respecto de los cuales la población prestará atención y bajo qué parámetros tomará decisiones y posiciones respecto de los acontecimientos sociales, políticos, económicos, etc; a nivel local, nacional e internacional.
Si bien, de alguna forma, las redes sociales, han contribuido en una “democratización” de la información, los medios de comunicación tradicionales en la mayoría de los casos, siguen detentando el poder de obtener la información de primera mano sobre los hechos. No obstante, el acceso a los hechos y su posterior publicación, está siempre acompañado de un proceso de interpretación según normas y lineamientos editoriales que construyen los acontecimientos desde la mirada de quien informa. Así, muchas veces podemos encontrar el mismo hecho reportado de diferentes maneras por distintos medios de comunicación. La clave acá entonces es el privilegio de los medios de tener la información cruda y poder interpretarla a su manera.
Sin embargo, esto no siempre es así. En el caso de las campañas del plebiscito que estamos experimentando, a pesar de que los medios sí pueden tener y transmitir su propia interpretación e influir a las masas de la población, esta vez no tienen el privilegio exclusivo del acceso a la información. Todas y todos la tenemos también. La propuesta de Nueva Constitución, es de libre acceso y es la única información que se necesita para el voto el 4 de septiembre. A partir de esto, resulta clave que los/as ciudadanos/as puedan construir sus propias perspectivas y opiniones desde la revisión propia del texto constitucional y tener claridad, que el resto de contenidos difundidos corresponden a rumores, interpretaciones personales, políticas y editoriales que no contribuyen a un voto informado.
En este momento histórico un voto informado de primera fuente es responsabilidad de todos y todas.
Anna Ivanova
Directora Instituto de Ciencias de la Educación
Universidad de O’Higgins
Lucero Burón Rodriguez
Doctoranda en Ciencias Sociales
Universidad de Buenos Aires