Luis Fernando González
Sub Director
Estamos a pocos días de que se celebre el 18 de septiembre, por estos días -pese a la pandemia- como siempre los colegios han sido los primeros en comenzar a festejar “ el mes de la patria”, las banderas, copihues y los pies de cueca ya se sienten en el ambiente, al mismo tiempo que nos preparamos para celebrar manteniendo las medidas de autocuidado ya que la pandemia aún no ha terminado, pero volvemos a la presencialidad con fondas y ramadas.
Al mismo tiempo, muchos de los chilenos consideran que estamos celebrando nuestra independencia.
Pero esto último no es 100% cierto, la independencia de Chile es declarada el 12 de febrero de 1818, varios años después del 18 de septiembre de 1810. Lo que sucede en ese día hace más de 200 años es la conformación de la primera Junta Nacional de Gobierno, la que se constituye para preservar el reino para la corona de Fernando VII ante la invasión francesa de la madre patria.
Si bien con ese acto no se inicia la independencia chilena, simbólicamente se da un paso importante. La legitimidad del gobierno ya no está en la corte española, está en lo determinado por el los vecinos en el cabildo abierto. Aún faltan años para que se hable de independencia, siendo Fray Camilo Henríquez a través de la Aurora de Chile una de las primeras voces que grite libertad.
¿Por qué entonces celebramos las Fiestas Patrias el 18 de septiembre y no el 12 de febrero?
Porque desde 1810 en adelante los patriotas festejaban cada 18 de septiembre la constitución de la primera junta nacional de gobierno. Así, en 1818 inclusive, el país ya tenía la costumbre de festejar la independencia nacional en el mes de septiembre, hábito que se ha traspasado hasta nuestros días.