- En la oportunidad se reconoció el aporte realizado por actuales y ex autoridades regionales en la reconstrucción de los templos destruidos por el terremoto de 2010.
Gisella Abarca
Fotos Marco Lara
En el contexto del aniversario 212 de Chile, el Obispo de Rancagua, monseñor Guillermo Vera, celebró el tradicional Te Deum en la Catedral de Rancagua para agradecer a Dios y pedir su bendición sobre el pueblo chileno y sus autoridades para que “Chile sea una mesa de todos” dijo; e hizo alusión al presente que nos interpela, indicando que “somos administradores de una historia que hemos de cuidar y de la cual hemos de aprender y de un futuro que hemos de construir”, enfatizó y aseveró que “deseamos que Chile, nuestra amada Patria sea un país de encuentro”.
En su homilía, el obispo diocesano señaló que “cuando nuestra Patria está de fiesta hay que agradecer el temple de nuestro pueblo, formado desde sus orígenes en base al carácter indomable del pueblo araucano y de los otros pueblos originarios junto a la porfía del pueblo hispano, que circulan por las venas del alma de Chile. Gracias a ese carácter fuerte, hemos podido levantarnos como nación una y otra vez de las catástrofes naturales y de las tragedias causadas por la mano del hombre, y hasta de los dolorosos desencuentros entre hermanos”.
Monseñor Vera también agradeció porque hay un “al alma republicana, democrática y respetuosa de la dignidad humana, esta dignidad de la persona y el respeto por la vida desde su concepción hasta su muerte natural hemos de defender siempre con porfía. En nuestra tierra nadie sobra, en nuestro Chile cada vida es sagrada. Confiamos que en la Constitución que se escriba esto quede meridianamente claro”, enfatizó.
“DESEAMOS QUE CHILE SEA UN PAÍS DE ENCUENTRO”
Además destacó la labor de las distintas instituciones de gobierno, políticas, las fuerzas armadas y de orden, las organizaciones civiles y también de voluntariado que contribuyen al desarrollo del país; y destacó la solidaridad que durante la pandemia tantas personas e instituciones prestaron.
En cuanto al presente que nos interpela, el prelado indicó que “Hace 10 días atrás fuimos convocados a dar nuestra opinión sobre el proyecto de Constitución que se nos proponía. Una inmensa mayoría de chilenos dijo queremos una Constitución, pero que nos ayude a ser una nación de encuentro. Deseamos que Chile, nuestra amada Patria sea un país de encuentro”.
En esta línea el Obispo agregó “una Patria de encuentro, en que los enfrentamientos del pasado reciente den paso a proyectos comunes, sin excluidos ni exclusiones, donde junto a la justicia se viva la misericordia y el perdón. Que Chile sea un país de encuentro para los que tuvimos la suerte de nacer aquí con aquellos que nos han mirado como la tierra en la cual vale la pena vivir, que seamos país de encuentro entre los chilenos y los migrantes que desean hacer de nuestra patria la suya”.
En el Tedeum, además, el obispo de Rancagua rezó para que “seamos un pueblo de entendimiento y no de enfrentamiento, ayúdanos para que sepamos encontrar los caminos y la forma de desterrar la violencia, los robos, el narcotráfico y la indolencia ante el valor de la vida que nos acecha y asusta, no es ese el Chile que queremos. En este tiempo de dificultades económicas, ayúdanos a ser austeros y a sentir la necesidad de compartir y ayudar a quienes sufren más. Que Chile sea una mesa para todos”.
RECONOCIMIENTO A EXAUTORIDADES
Tras realizarse la Eucaristía, monseñor Guillermo Vera, reconoció al Consejo Regional de O’Higgins por su aporte en la reconstrucción de los templos destruidos por el terremoto de 2010 en la diócesis de Rancagua. El 2011, el Parlamento aprobó una glosa que permitió al Estado financiar, a través del Gobierno Regional, la reconstrucción de este patrimonio.
En la Diócesis de Rancagua de 64 templos, 38 fueron destruidos por el terremoto de 2010 y de los cuales 25 fueron financiados con recursos aprobados por el Core. Es por esto que se reconoció a ex intendentes y ex Cores, además de las autoridades actuales, entre ellas el Gobernador Regional, Pablo Silva Amaya; y los consejeros regionales, por su generoso aporte y preocupación en la recuperación de las iglesias de la Región de O’Higgins.